Argel 1973 - Las naciones unidas del tercer mundo  

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Dante Crisorio

© 1974

Centro Editor de América Latina — Cangallo 1228

Impreso en Argentina

Índice

Panorama mundial

De Bandung a Argel

Preparativos

Reuniones preparatorias

Declaraciones del presidente Boumedienne.

Presencia latinoamericana.

Comienza la IV Conferencia.

Declaración Política.

Declaración Económica.

Programa de Acción para la Cooperación Económica.

Revista de la prensa.

La prensa norteamericana.

Conclusión.

La No Alineación en la Política Exterior Argentina.

Liberación y Transformación.

Nómina de asistentes

Miembros plenos

Países invitados

Países observadores

Organizaciones Internacional invitadas

Movimientos de liberación.

Fortalecimiento de la Acción Coordinada

Las dos Grandes Potencias y el Tercer Mundo.

Los No Alineados no Deben Dejarse Engañar por la Ideología Imperialista.

Chile: Contra todas las formas de dependencia.

Al promediar el año 1973 se reunieron en Argel los países que integran lo que se ha dado en llamar el Tercer Mundo. Fue una reunión diplomática, pero de alguna manera expresó el conjunto de tensiones y contradicciones que soporta la mayor parte de la población mundial. Fue también la continuación de una larga serie de conferencias y asambleas en las cuales, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los países dependientes o recién liberados discuten y proponen políticas comunes que les permitan lograr un lugar más justo en el orden mundial. Se evaluaron, entonces, la política de bloques, los problemas económicos, el apoyo a los movimientos de liberación, la apropiación de la ciencia y la tecnología, etc. El resumen de lo tratado se constituye en un elemento adicional importante para evaluar con objetividad los problemas actuales de los países dependientes, tema del que nos venimos ocupando en estos capítulos.

Panorama mundial

Cuando Richard Nixon puso pie en suelo chino, el pasado año 72, millones de personas llenas de buena fe saludaron complacidas el comienzo de un nuevo estilo en las relaciones internacionales, que reemplazaba las armas por las discusiones. Otras pocas personas, agregaron a su complacencia la perspectiva de nuevos y mejores negocios, resultantes del ensanchamiento del mundo en unos mil millones de chinos, coreanos, vietnamitas; la guerra fría está bien muerta y enterrada, El canje de visitas entre Nixon y Breznev removería los obstáculos entre el bloque socialista europeo y el occidente capitalista. Un nuevo gobierno japonés, encabezado por Kakuei Tanaka, inauguraba una segunda política para su país, en reemplazo de la tradicional línea de adscripción a Norteamérica.

Sin embargo, un puñado de gobernantes y dirigentes políticos, interpretando las inquietudes y aspiraciones de otros muchos millones, ni pensaron ni vieron lo mismo. Gobernantes y dirigentes del tercer mundo, tienen una óptica distinta. El “Industan Times”, de Nueva Delhi, advertía sobre “un nuevo peligro: la amenazada independencia de los países pequeños en la era de los acuerdos entre los grandes”. Además del tema de la colaboración económica para protegerlos intereses nacionales, pedía que la conferencia de Argel se concentrara también en el problema de las colonias portuguesas en Africa, el conflicto árabe-israelí y la guerra en Indochina. Numerosas entrevistas y declaraciones de jefes de estado y ministros se refirieron a la necesidad de estrechar filas en orden al comercio, la economía y el desarrollo, insertos en este recelo frente a los grandes colosos en plena distensión. Pero el que definió certeramente la nueva situación mundial fue el ministro de relaciones argelino, Abdelassiz Bouteflika: “El proceso de distensión se encuentra limitado a zonas privilegiadas del mundo”, trágicamente corroborado por el largo martirio de Vietnam, los horrores del golpe fascista en Chile y la guerra del Medio Oriente. El complejo panorama mundial presenta tres hechos de tremenda gravitación:

1) la política de distensión entre los Estados Unidos y la URSS, y entre EE.UU. y China;

2) el fin del bipolarismo EE.UU.-URSS; y

3) el nacimiento de dos nuevos gigantes de gran peso económico y político y mayores apetencias imperiales, el Japón y el Mercado Común Europeo, encabezado por Alemania.

Al mismo tiempo, el campo socialista se ha fracturado y sumido en una polémica de imprevisibles consecuencias. Pekín acusa a Moscú de iniciar “un proceso de solución para imponer su voluntad a los otros países”; Moscú destaca que “todas las posiciones dé Pekín se basan en su actitud antisoviética”. Dicen los chinos que cada país debe valerse de sus propios medios para conseguir su independencia y soberanía nacional, mientras la tesis soviética sostiene que “la garantía de supervivencia de los países emergentes reside en la existencia de “un sólido bloque socialista, liderado por la U. Soviética”. Alejado el peligro de un conflicto nuclear que devastaría a todo el mundo, voceros de algunos países señalan que “subsisten las agresiones contra los pueblos. Estados Unidos proporciona las armas que Portugal e Israel disparan contra nosotros… Además, el imperialismo capitalista practica nuevas formas de agresión económica. Por lo tanto, el acuerdo en la cumbre de las dos potencias constituye un respaldo a la política de agresiones que practica EE.UU...”

Posterior a la Conferencia de Países No Alineados en Argel, una semana después del golpe chileno contra el gobierno de uno de los grandes líderes del Tercer Mundo, Salvador Allende, la prensa norvietnamita señaló que tanto los hechos de Chile, como la continuación de la guerra en Indochina, pese a los acuerdos de paz firmados en junio, confirmarían su tesis de que la distensión sería solo temporaria, insistiendo —al margen de la polémica chino-soviética— en que “el principal enemigo es el imperialismo norteamericano”. El diario “Nhan Dan”, de Hanoi dice: “El putsch contrarrevolucionario en Chile es un nuevo producto de la estrategia mundial de Nixon y Kissinger”, rechazando la idea de que la aplicación de la doctrina Nixon reemplazaría “la era de los conflictos por las negociaciones”. El carácter “temporario” de la distensión estaría condicionado por la necesidad de Washington de “reagrupar sus fuerzas para oponerse más ferozmente todavía al movimiento revolucionario mundial y mantener el juego neocolonialista en Asia, Africa y América Latina”. Una vez más, Hanoi fija una interpretación independiente y, por cierto, bastante realista.

El ascenso de las luchas revolucionarias por la liberación nacional que llevan a cabo varios movimientos africanos dio una impronta muy particular a este cuarto encuentro internacional. Desde Nairobi, el corresponsal D. Miklaja destacaba que los países de Africa Oriental esperan que entre los temas de la conferencia se “conceda particular atención al desarrollo económico y a la lucha de liberación del continente negro”, señalando la conveniencia de una “correcta evaluación de los nuevos elementos en las relaciones entre las principales potencias del mundo.” “Tanzania abogará por un apoyo más fuerte del mundo no alineado a la lucha de liberación en el continente. Tanzania encontrará apoyo para ello en Zambia, Uganda y demás países de esta parte del mundo” Funcionarios tanzanios adelantaron textualmente que en Argel serán planteados los casos de Rodhesia, Sudáfrica, Angola, Mozambique y Guinea (Bissau).

La situación en las fronteras de Zambia y los “ataques directos de los colonialistas y racistas” contra la independencia de ese país, “constituirán igualmente temas de importancia excepcional”. No solo la condena moral y ética del colonialismo y el racismo, sino que se reclaman medidas concretas de apoyo a los que, armas en manos, quieren tornar una realidad palpable los elevados conceptos de liberación e independencia.

El Tercer Mundo, el mundo de los países “en vías de desarrollo”, eufemismo que permite no llamarlos países expoliados y robados, reúne a casi ochenta de ellos, con un vastísimo territorio en cuyo suelo y subsuelo se halla la mayor parte de las materias primas y los combustibles, que produce buena parte de los alimentos mundiales, y cuya población redondea pos dos mil seiscientos millones de habitantes. Materias primas y alimentos que cada año se pagan menos por el envilecimiento constante de sus precios, mientras por sus insumos y manufacturas deben pagar cada año más. Estos términos se han deteriorado tanto, que lo establecen en el orden de 25 a 30 veces. El primer resultado visible de este deterioro del intercambio, es el fantástico endeudamiento del tercer mundo, que llega a 84.000 millones de dólares. En la última reunión del Consejo Económico y Social de la ONU, en Ginebra, resaltó con una evidencia no conocida hasta ese momento el acuerdo de los países ricos para no ceder en ningún punto concreto donde fuese necesario aplicar algunos de los principios “teóricos” sobre equidad o justicia aplicables al terreno de las relaciones comerciales.

Esta exclusión de los países en desarrollo de los organismos directivos económicos y financieros —exclusión en el sentido de que sus aspiraciones y reivindicaciones son escuchadas, desabridamente y para las cuales solo se hace una declaración que a nada compromete— se explica a la luz de las relaciones de precio-materia prima y precio-manufactura. El presidente argelino Boumedienne resumió con exactitud el problema al decir que

“hay que terminar con la desigualdad en las relaciones internacionales, particularmente en el plano económico. Somos testigos de una explotación inclemente de los países atrasados, países débiles en desarrollo, por parte de los países desarrollados e industrializados fuertes”.

En una nota exclusiva para “El Correo”, de Lima, Abraham Lama caracterizaba las vísperas de la reunión así:

“Esta reunión de Argel se realiza en una situación internacional muy especial. La soberbia prepotente del dólar no existe más. Surgen otros polos de poder, pero ellos también demuestran una vulnerabilidad crítica, cuya llave está en manos de los países no desarrollados. Por primera vez, como apuntó sagazmente el canciller peruano De la Flor, los países ultra industrializados, aquellos cuya población supera los dos mil dólares de renta per cápita, se encuentran atrapados en las exigencias de su fabulosa capacidad de consumo. Si el Tercer Mundo diseña su estrategia económica con sentido político, podrán cambiar los términos del intercambio económico. Las tres cuartas partes de los productos básicos que necesita la gigantesca industria de los países ricos procede de los países del tercer mundo. El acuerdo de los países petroleros es una lección que puede repetirse en otros sectores económicos”.

De Bandung a Argel

El camino recorrido por los países del tercer mundo es mucho “más largo” que los 17 años que separan a Bandung de Argel. En un momento en que la humanidad estaba empantanada en la guerra “fría” y en la política “al borde del abismo” del desaparecido Foster Dulles, Bandung abrió un camino nuevo. Proponía la discusión franca y abierta de todos los problemas, la búsqueda de puntos de consenso general, la defensa de sus medios de vida, y la coexistencia pacífica. Razonablemente, la paz debía basarse en la equidad del comercio internacional, pues hubiera sido mera declamación hablar de justicia y libertad mientras continuaba la violencia que implica toda política de rapiña. Varias de las personalidades iniciadoras —Sukarno, Nehru, Nasser, Kwame N’krumah— fallecieron; grandes artífices de la paz y promotores del no alineamiento, contribuyeron a una nueva realidad, cuya acción se palpa a través de sus resultados. El mariscal Tito, señaló:

“Hace doce años, en Belgrado, Argelia participó en calidad de movimiento de liberación revolucionario, al cual prestamos pleno apoyo. Hoy es un país libre y soberano, en pujante ascenso.”

Desde Bandung, el no alineamiento fue mostrando perfiles más nítidos. Ya no era solo la aspiración a vivir fuera de bloques en lucha lo que los unía. A partir de Belgrado, ciudad en la que se realiza la primera Conferencia Cumbre en 1961, sus participantes apuntan a finalidades económicas, pues cualquier proyecto político que no contemple el progreso económico será ilusorio. La esperanzada Primera Década de Desarrollo quedó atrás como un fracaso más; en cuanto a la Segunda Década de Desarrollo (1970-1980), si sus planes se cumplieran, cosa que aún no es segura, la renta bruta nacional de los países en desarrollo no aumentaría más que en 85 dólares, contra los 1.200 de aumento en los países industrializados.

En el curso del último decenio la ayuda acordada por los países ricos ha caído del 0,83% al 0,35% de su producto nacional bruto. Y como el precio de las materias primas sigue cayendo y el de las manufacturas subiendo, el círculo vicioso del subdesarrollo es cada vez más asfixiante. Al ritmo actual —no mediando ningún cambio mayor— el mundo industrializado —Europa, EE.UU., URSS, Japón— contará en el año 2000 con unos 1.500 millones de habitantes que consumirán cada uno entre 5.000 y 10.000 dólares por año, mientras el Tercer Mundo estará poblado por 4.500 millones de personas cuyo consumo no excederá de los 300 dólares.

“Es así que la pobreza no hará más que acentuarse en el Tercer Mundo —protestó Sangoule Lamizana, Presidente del Alto Volta— que sigue siendo un depósito de materias primas explotadas por los países desarrollados para su provecho exclusivo.”

La conferencia de Belgrado, en 1961, estableció el derecho a la libre disposición de los recursos naturales propios; la supresión del desequilibrio económico heredado del colonialismo; el reajuste de los términos del intercambio comercial internacional. La conferencia de El Cairo, octubre de 1964, se pronunció por la puesta en funcionamiento de un orden económico nuevo y justo, sobre la base del desarrollo de las resoluciones de Belgrado, mientras que en Lusaka, Zambia, setiembre de 1970, se acordó un nuevo principio de cooperación a nivel económico. Del primer objetivo, esencialmente político, de no querer ser parte en la disputa entre las grandes potencias, la idea del progreso económico, la defensa de sus riquezas naturales, la defensa de los precios, fue ampliando el panorama de los no alineados. No bastaba plantear la mera defensa. Debían suprimirse los desequilibrios económicos y el reajuste del intercambio. En El Cairo, aspiraban a poner en funcionamiento un orden nuevo, mientras en Lusaka llegan al punto más alto, cuando establecen que la cooperación mutua es la clave para sus propios desarrollos. El No Alineamiento fue definido en Lusaka así:

“El derecho de los pueblos que aún no son libres, de acceder a la libertad, a la autodeterminación y a la independencia. El respeto de la soberanía y de la integridad territorial de todos los Estados. El derecho de todos los Estados a la igualdad y a la participación activa en los asuntos internacionales. El derecho de todas las naciones soberanas a determinar con toda libertad el camino de su propio desarrollo político, económico, social y cultural. El derecho de todos los pueblos a aprovechar las ventajas del desarrollo económico y a cosechar los frutos de la revolución científica y tecnológica. El no recurso a la amenaza o al uso de la fuerza y el reglamento pacífico de los conflictos.”

Preparativos

Este crecimiento del Tercer Mundo no pasó desapercibido sobre sus verdaderas posibilidades de afectar las relaciones entre los pobres y los ricos. Expresado en números, a Belgrado concurrieron 25 delegados con derecho pleno y tres observadores, que llegaron en El Cairo a 47 plenos y 10 observadores, cifras que en Lusaka pasaron a 54 plenos y 10 observadores. A pesar del aumento del número de países plenos, el nivel de representación mostraba una tendencia decreciente, si tomamos en cuenta la representación a nivel de jefe de estado: Belgrado 84%, El Cairo 72% y Lusaka 41%. Si la estimación la hiciéramos a nivel de jefes de estado y ministros que en sus países son principales gobernantes, las cifras serían de 69%, 62% y 31%. ¿Estaba decayendo la idea de la no alineación? ¿Acaso se acercaba su hora final?

Sin embargo, los no alineados iban logrando algunos resultados. Las Naciones Unidas crearon un organismo —UNTAD— sobre comercio y desarrollo; la primera conferencia tuvo lugar en Ginebra, 1964, le segunda en Nueva Delhi, 1968, y la tercera en Santiago de Chile, en 1973. Esta última tuvo lugar en un momento crucial, en que el mundo se enfrenta no solo con toda una serie de cuestiones emergentes del desarrollo, sino por la profunda crisis por el que atraviesa el sistema económico y monetario internacional, sistema de relaciones que fue construido al terminar la segunda guerra mundial.

Desde hace tiempo la economía mundial y las relaciones comerciales correspondientes se hallan en un proceso de resquebrajamiento de las viejas estructuras, derivado de los profundos cambios operados en la economía mundial, en especial por el súbito aumento de las fuerzas productoras y de la dependencia mutua a las que contribuye la moderna tecnología. A la vez, enlazan directamente con ciertos fenómenos característicos del sistema monetario en los últimos años, especialmente en 1971, año muy crítico, en que Nixon decretó la inconvertibilidad del dólar, que en buen romance significa que hay fuera de los EE.UU. una masa de 100.000 millones de dólares de cuya efectividad quedan los EE.UU. liberados de cumplir. Esta asociación su¡ generis de naciones atrasadas y expoliadas vieron en la UNCTAD III, de Santiago de Chile, una oportunidad única para tratar estos fundamentales problemas de las relaciones internacionales en su totalidad y, de un modo especial, los concernientes a la relación “desarrollados y no desarrollados”, sobre los que invirtieron grandes esfuerzos. No perdieron de vista, fuera de los intereses vinculados a su propio desarrollo económico, como los de las relaciones económicas en su conjunto, comprendiendo que para ir hacia adelante se requiere una acción mancomunada universal. No procedieron de igual manera algunos de los países más fuertes industrialmente. Ante todo, discutieron la necesidad de conservar el statu quo, alegando que algunas instituciones de la colaboración económica internacional se hallan en crisis y que ya se encontraban en curso los preparativos para una nueva rueda de negociaciones económicas y mercantiles en el marco del GATT, cuyos efectos serían liberalizar el comercio.

Los documentos de la III Conferencia de Lusaka y de la Conferencia de ministros del grupo de los 77, en Lima, presentados a la UNCTAD III constituyeron una sólida base para emprender la marcha en ese sentido.

Toda esta actividad no alineada comenzó a ser objeto de una campaña sutil. La idea de no alineación pierde fuerza porque no se inserta correctamente en la realidad. La distensión este-oeste aleja el peligro de la guerra, al mismo tiempo que ofrece evidentes síntomas de mejorías rápidas y sustanciales en el comercio. Las largas listas de embargos decretadas por EE.UU. contra la Unión Soviética —observada por el mundo occidental y cristiano— están destrozadas y a punto de desaparecer. China recuperó su banca en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en París negocian la paz para Vietnam. Alberto Zalamea, desde Roma, resumía:

“Recordando que la deuda externa llega ya a la dramática cifra de 84.000 millones de dólares, todos los observadores están prácticamente de acuerdo en indicar que el fracaso de las iniciativas adoptadas hasta ahora y la inocuidad de las propuestas pendientes demuestran que las leyes tradicionales de la economía y el comercio, no son suficientes para reducir la distancia que separa a los países industrializados de los subdesarrollados, ya que el problema no es de nivel técnico sino de naturaleza política.”

Enseguida recoge las palabras de un delegado africano:

“Necesitamos una nueva óptica. No solo un método de planificación, necesitamos una voluntad política, verificar cambios especialmente institucionales y administrativos, muchas veces de naturaleza revolucionaria.”

Zalamea cerraba su nota

“ … a pocas horas de la Conferencia de Argel, las fluctuaciones de los precios y la demanda de materias primas, la casi inexistente transferencia de tecnología a los países subdesarrollados y el endeudamiento gigantesco y constante del Tercer Mundo, imponen a esta IV reunión la adopción de una política realmente solidaria y coherente para enfrentar el agravamiento de la situación general y las desigualdades crecientes en el interior de muchos de sus propios países.”

El cuadro es correcto, y el periodista recoge lo que dicen los observadores, que descreen de las posibilidades de un organismo que solo existe cuando se reúne cada cuatro años, donde las votaciones han sido suplantadas por el consenso unánime, que no tienen fuerza obligatoria, puede parecer poco práctico y más verbal que real. Alguien la llama la “ONU de los países pobres”. Sin embargo, su proceso de maduración parece convertirlo más bien en un sindicato de países del tercer mundo. Un sindicato de acción política internacional.

Reuniones preparatorias

En agosto de 1972 tocó a Georgetown, capital de Guyana, acoger a la de ministros de relaciones exteriores de los no alineados. Concurrieron 61 miembros, 11 observadores y se invitaron a 10: las Naciones Unidas, Austria, cuatro movimientos de liberación africanos, el partido socialista de Puerto Rico y la organización de solidaridad del pueblo Afro-Asiático. De allí emergió el Comité Preparatorio de la IV Conferencia. Se reunió en Kabul, Afghanistán, en mayo de 1973. Allí decidió proponer que en setiembre del mismo año tuviera lugar en Argel la Conferencia Cumbre, precedida por los ministros de relaciones exteriores.

Asistieron a Kabul los dueños de casa, Argelia, Burundi, Etiopía, Guayana, India, Indonesia, Irak, Malasia, Marruecos, Egipto, Tanzania, Senegal, Sri-Lanka (Ceilán), Sudán, Yugoslavia y Zambia, integrantes del Comité Preparatorio. Como observadores concurrieron Cambodia, Chile, Cuba, Nepal y el Gobierno Revolucionario Provisorio de la República del Vietnam del Sur, mientras Perú lo hacía a título de invitado. El ministro afgano dijo que su país había sufrido voluntariamente y considerablemente de lo que llamaban el “neutralismo”, más tarde “neutralismo positivo” y ahora “no-alineamiento”. “Gracias a esta concepción y a esta manera de vivir en la comunidad de las naciones, el pueblo afgano ha preservado no solamente su entidad geográfica, sino también su existencia cultural y política”… “Analizando la situación internacional, los participantes han convenido que el no-alineamiento debe tener un papel más amplio en la evolución de un mundo fundado sobre el reconocimiento de la igualdad de todos los pueblos y sobre todo la aplicación universal de los principios de la coexistencia pacífica. Han manifestado la esperanza de que la Cuarta Conferencia Cumbre permita un examen profundo de las tendencias en las relaciones internacionales. Asimismo, declararon que sus gobiernos te comprometían a contribuir activamente al mejor éxito de la conferencia cumbre.

Señalaron con satisfacción el creciente interés que los países de las diferentes regiones del mundo manifiestan hacia el no alineamiento y en especial en América Latina, y acordaron dar su apoyo a la lucha que llevan los países de ese continente en el ejercicio de su legítima soberanía política y económica.

Los participantes prometieron apoyar sin reservas a los pueblos que luchan contra la dominación colonial y racista y todas las otras formas de dominación extranjera. Condenaron las políticas racistas de Africa del Sur, el fracaso del gobierno del Reino Unido que no pudo conseguir poner fin al régimen minoritario ilegal de Rodesia del Sur como así también la guerra librada por el Gobierno Portugués contra los pueblos de Angola, del Mozambique y de la Guinea Bissau. Comprometieron a todos los pueblos pacíficos del mundo para ayudar por todos los medios a la liberacion de los pueblos oprimidos de los territorios del Africa austral (Namibia que, según resolución 2145 del 27 de octubre de 1966 debería ser un país libre, pero que Sudáfrica retiene con el apoyo —directo e indirecto— de varias naciones agrupadas en la OTAN).

Manifestaron su indignación ante las amenazas continuas y por los actos de agresión que los regímenes racistas y colonialistas perpetran contra los países africanos; en virtud del apoyo sin reservas que dan a los movimientos de liberación Guinea, Congo, Senegal, Tanzania, Zambia y Zaire se han convertido en blanco de los constantes ataques criminales que ponen en peligro su seguridad nacional. Todos los participantes consideran imperativo que los no alineados fortalezcan su apoyo y su solidaridad a fin de permitirles superar todos los obstáculos a la lucha que persiguen para la liquidación total del colonialismo y del racismo en el continente africano.

Tras felicitarse por los acuerdos de paz de París, formularon votos para que su letra y su espíritu se aplicaran fielmente, de manera de asegurar, lo antes posible, los derechos nacionales fundamentales del pueblo vietnamita a la independencia, a la soberanía, a la unidad y a la integridad territorial del Vietnam, como así también el derecho a la autodeterminación del pueblo sudvietnamita; esto contribuiría a consolidar la paz y a preparar el terreno para la reconstrucción económica de esos paises. Asimismo, manifestaron preocupación ante las dificultades en la aplicación del alto del fuego en razón de las violaciones por parte de los Estados Unidos y el régimen de Saigón. Condenaron los bombardeos contra Camboya apelando a la opinión pública mundial para que suspendan de inmediato esos bombardeos (terminaron en agosto del 73), acordando finalmente que la retirada total de las tropas extranjeras de Indochina podía abrir únicamente el camino a una paz duradera en la castigada península.

Subrayaron la profunda inquietud que causa la persistencia con que Israel desconoce las resoluciones y decisiones de las Naciones Unidas, que amenaza la paz en el medio oriente, y reivindicaron los derechos del pueblo palestino. Igual inquietud manifestaron ante el deterioro persistente de la posición de los países en vía de desarrollo en la economía mundial. A dos años de la adopción de la estrategia internacional del desarrollo para el segundo decenio de las Naciones Unidas, los países adelantados aún no han orientado su política nacional para realizar tales objetivos y su política actual es, en general, impropia para asegurar la realización de los mismos. Por el contrario, los problemas del desarrollo han sido llevados a un segundo término mientras que las situaciones críticas surgidas de numerosos sectores de las relaciones económicas entre países adelantados, especialmente el campo monetario, reciben soluciones unilateralmente adoptadas por un reducido número de países que hacen caso omiso de los intereses del tercer mundo. Por todas estas razones, es necesario emprender decididamente acciones urgentes a fin de dar un lugar prioritario a los problemas del desarrollo y a realizar plenamente los objetivos y las metas de la estrategia acordada. También reafirmaron su derecho o participar plena y efectivamente en la reforma del sistema monetario internacional. En el contexto, el Comité aprobó las medidas tomadas para poner en marcha el programa de acción para la cooperación económica adoptada en Georgetown, en el sentido de contar, ante todo, con ellos mismos. Se tomo nota con satisfacción del informe de la delegación argelina sobre los preparativos de la conferencia, y se elaboro un proyecto de orden del día de la misma, que prevee un análisis y una evaluación general de la situación internacional y del papel del no alineamiento, el examen de las cuestiones políticas y económicas urgentes, la cooperación mutua y la coordinación de la acción en vista a reforzar la paz y la seguridad mundiales.

Como parte de las tareas previas de la IV Conferencia de Argel, en agosto de 1973, más de setenta países se reunieron en Santiago de Chile; prepararon la documentación sobre colaboración económica, donde se aprobaron dos importantes documentos: uno, sobre los derechos de cada país a sus riquezas y recursos naturales, y otro, sobre el papel y los efectos en los países no alineados de las inversiones de capital extranjero. Invitado especial, el extinto presidente chileno Salvador Allende dijo que “la conferencia de Argel tiene una importancia vital para Chile”. Paradójicamente, el país donde se elaboraron las cuestiones económicas más importantes, ha comenzado a desandar el camino que conduce a la liberación.

Declaraciones del presidente Boumedienne

“La solidaridad de todos los países conscientes de que la humanidad debe liberarse definitivamente de todas las formas de explotación, es el camino hacia el establecimiento de nuevas relaciones en el mundo”, dijo a la radio y televisión yugoslava el presidente argelino Houari Boumedienne. Se refirió a la necesidad de que los países no alineados modifiquen sus métodos de lucha para el establecimiento de nuevas relaciones económicas en el mundo. Teniendo en cuenta los grandes obstáculos que enfrenta esta lucha, destacó que la sola liberación política “no era suficiente. Hay que terminar con la desigualdad en las relaciones internacionales, particularmente sobre el plano económico… “ya que somos testigos de una explotación inclemente a los países atrasados, por parte de los países desarrollados e industrialmente fuertes.” Al comentar la posible asistencia de más de ochenta paises, señaló:

“Este hecho, según nuestra opinión indica que, pese a los rumores que corren, el movimiento de los no alineados mantiene su vigencia, que se puede desarrollar y que se halla en condiciones de obtener mejores y mayores resultados que en el pasado. Es que los acontecimientos internacionales se desarrollan a gran velocidad y, con ello, el movimiento de la no alineación debe crecer al mismo ritmo de esa evolución acelerada que está viviendo el mundo actualmente”.

Refiriéndose al futuro del movimiento, el presidente dijo:

“Considero se le plantea el siguiente problema: si aceptamos que en los últimos años muchas cosas han cambiado, que las potencias mundiales tratan de estudiar y solucionar los problemas del mundo sin considerarnos a nosotros, entonces se trata de saber qué es lo que debemos hacer para, en forma práctica, confirmar nuestra existencia sobre el plano internacional, para que nuestra voz sea escuchada y para poder imponer nuestro parecer de todo lo que sucede en el mundo”. “Por la naturaleza de las cosas, nosotros formamos parte de este mundo. Quizás hasta representemos la mayoría de los habitantes del planeta. Para nosotros existe hoy el problema de determinar los medios, las formas y vías para realizar el fin perseguido que he mencionado. Porque sería inaceptable que se produzca una nueva división del mundo, parecida a aquella que resultó al terminar la segunda guerra mundial, incluso si tal división estuviera dentro de los marcos de la coexistencia pacífica. La coexistencia pacífica es una conquista de enorme provecho de la humanidad. Sin embargo, esta no puede tener lugar a costa de otros”.

Puso de relieve que los países que desean realmente relaciones económicas en pie de igualdad en el mundo lo pueden lograr mediante la solidaridad mutua, agregando:

“Lo que ayer pertenecía al terreno de la imaginación —pienso en la independencia política— hoy llegó a convertirse en realidad, y llegará a serlo también para los países que aún no se han liberado. Del mismo modo, también la liberación económica puede convertirse un día en realidad. De lo contrario, las confrontaciones continuarán, y el abismo entre los ricos y explotadores por una parte, y los países explotados por la otra, continuará ensanchándose”.

Referente al medio oriente, Boumedienne dijo que no nos hallamos ni más cerca ni más lejos de la solución que en 1967 o en 1970.

“El vencedor de la guerra quiere cobrar el precio de la victoria, y ese precio es muy alto, ya que representa suprimir el problema del pueblo palestino, que fue exiliado a sangre y fuego de su país, y en cuyo lugar vinieron extranjeros que no tienen nada que ver con Palestina, y que ocuparon incluso otros territorios árabes de Egipto y Siria. Si Israel desea negociar seriamente con los auténticos representantes de Palestina, deberá hacerlo con los propios palestinos”.

Si el precio es alto, “el único camino que conduce a la solución verdadera es el de la lucha”. Agregó: “Argelia se cuenta entre aquellos países que rechazan y condenan las recetas destinadas a la revolución palestina, incluso si provienen de países árabes.”

Aludiendo a la situación del Mediterráneo en el contexto de la seguridad europea, Boumedienne expresó su pesar porque Europa no demuestre mayor comprensión:

“Cuando todavía éramos una colonia tomamos parte en dos guerras mundiales, y nuestro país fue objeto de operaciones bélicas. De ahí que nos parezca extraño que se pueda hablar de seguridad europea excluyendo el Mediterráneo, en especial su costa sur”. “Quiero observar que casi llegamos a la conclusión de que los europeos —salvo excepciones— aún no se liberaron de los viejos conceptos coloniales, que todavía no aceptaron nuestra existencia como países independientes, que tienen derecho de decir su palabra sobre este lago. Y este lago —el Mediterráneo— es el lago de todos. En este mar se encuentran dos flotas, la norteamericana y la soviética, y de esta manera ésta llegó a ser una región peligrosa”.

Agregó el presidente argelino que la consideraba la región de mayor crisis por dos razones: la primera “a causa de la existencia de Israel como un objeto extraño en el cuerpo árabe. Es una base del imperialismo; está el problema del pueblo palestino y los territorios egipcios y sirios. La segunda: las fuentes de energía”.

Las declaraciones del presidente argelino no solo marcaron la tónica de la cuarta reunión, sino que demostraron un conocimiento profundo de los grandes problemas de todo orden que abruman al tercer mundo.

Presencia latinoamericana

En la conferencia de Belgrado, en 1961, Latinoamérica concurrió con un país miembro —Cuba— y tres observadores: Bolivia, Brasil y Ecuador. Tres años después, en El Cairo, seguía Cuba como miembro, pero como observadores se agregaron la Argentina, Chile, Jamaica, México, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela, mientras no concurría Ecuador. A Lusaka, en 1970 seguía Cuba como único miembro pleno; volvía Ecuador; México, Jamaica y Trinidad Tobago no concurrieron y se agregaban como observadores Barbados y Perú, quedando el resto igual. El cuadro varió en Argel. Los países miembros de nuestro continente fueron seis: Argentina, adherida el día 6 de julio de 1973, Cuba, Chile, Perú, Guayana, Trinidad Tobago y Jamaica, continuando como observadores Barbados, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Uruguay y Venezuela.

Por separado damos un extracto del discurso pronunciado por el canciller Alberto Vignes. Expuso la posición argentina, cabalmente definida en las reuniones de Lima destinadas a la actualización de la carta de la OEA —rganización de Estados Americanos— y que no hace más que retomar uno de los fundamentos de la política exterior del general Juan Perón, definida como “tercera posición” en la década del 40. El canciller Vignes señaló la participación de los países latinoamericanos como un acontecimiento de decisivo significado para la completa unidad de los pueblos que no permiten ser sometidos y que tienden a un orden internacional justo y equitativo.

El 7 de junio, en Lima, el presidente peruano Velasco Alvarado, anunció la adhesión de su país como la consecuencia lógica “de los esfuerzos desplegados, tanto en el plano nacional como internacional”. “La revolución peruana se hace al abrigo de toda influencia extranjera, permitiéndole mantener una política verdaderamente independiente frente a los intereses de las grandes potencias.”

En el Palacio de las Naciones, de Argel, muchos comentan el aporte de significación de los latinoamericanos. Concurren los jefes de gobierno de Cuba y Guayana, Fidel Castro y Forbes Burnham, el primer ministro peruano, general Edgardo Mercado Jarrin, mientras Chile y Argentina encabezan sus delegaciones con sus cancilleres Clodomiro Almeida y Alberto Vignes. Se habla de la ”sangre fresca” que los latinoamericanos inyectan a la conferencia; los más entusiastas se muestran ya convencidos de que su aporte a los fines comunes de esta comunidad de pueblos no fallará. Al mismo tiempo, consideran qué América latina se beneficiará, puesto que sus problemas son comunes a los de la colectividad tercermundista. Entre los numerosos aportes en ponencias y proyectos, destacamos dos: defensa de las doscientas millas marinas, e interdependencia en el uso de las aguas de ríos de curso internacional, motivo de una disputa de nuestro país con el Brasil.

El aporte latinoamericano se produce en momentos en que las características de las relaciones entre las grandes potencias evolucionan desde la confrontación hacia la cooperación mientras la situación para el tercer mundo se caracteriza por relaciones de dominio y explotación, según lo definiera el canciller argelino Boteklika. Por ello interesan las expresiones que los representantes de nuestro continente vertieron en el gran cónclave internacional. Previo al comienzo del mismo, el general De la Flor, canciller del Perú, explicó que cada organización tiene sus, características; este agrupamiento es un movimiento no institucionalizado sin normas rígidas y en donde los planteamientos se hacen en nombre de países, evitando la regionalización y la formación de bloques, que desnaturalizarían el movimiento. Puso de relieve el avance de una conciencia unitaria en la defensa de sus recursos naturales y por el mejor trato en el comercio mundial.

A los observadores más agudos no se les escapó el hecho de que, la presencia de gobiernos progresistas como Perú, Chile y Argentina, así como el interés de todos los demás países de nuestro continente por alcanzar una plena autonomía nacional hicieron acelerar esa evolución. Cada día pesan menos las diferencias ideológicas en las relaciones interamericanas, donde predomina un saludable realismo político. Pasada la conferencia, el derrocamiento saneriento de la Unidad Popular Chilena arroja un cono de sombras sobre las esperanzadas predicciones tercermundistas. La aceptación de nuevos miembros va requiriendo cada vez, no obstante, llenar requisitos más exigentes. El ingreso de Malta fue largamente considerado, en virtud de tener en su territorio una gran base militar inglesa e integrada a la Organización del Tratado del Atlántico Norte —OTAN—. De la misma manera, el ingreso argentino se aprobó con un “comentario de reserva sobre las vinculaciones diplomáticas y comerciales con el bestial racismo sudafricano”, según cable de Lama al “Correo”, de Lima; agregaba que “el discurso de saludo del canciller Vignes dedicó extensos párrafos de apoyo a la causa de la liberación de los pueblos africanos oprimidos, limpiando en algo su imagen”. Agregaba que “Es fácil entender que la política exterior argentina, con el retorno del general Perón al gobierno y su ingreso al movimiento no alineado cambie fundamentalmente su actitud hacia los pueblos del tercer mundo de Africa y Asia. Obviamente, recibirá a cambio el apoyo de todo el bloque afro-asiático para sus reivindicaciones, que hasta ahora trataba solo en los foros latinoamericanos”.

México, a través de su canciller Emilio Rabasa, reivindicó la libre disposición de las riquezas naturales. Propuso que entre los países desarrollados y los países en desarrollo se estructurara un compromiso serio y permanente de cooperación internacional, fundado en la responsabilidad compartida.

“Este compromiso deberá contener, entre otros conceptos fundamentales, el derecho de los estados a disponer libremente de sus recursos naturales, a reglamentar y controlar la inversión extranjera, a participar en el proceso internacional de adopción de decisiones para la solución de los problemas económicos y monetarios mundiales y compartir los beneficios que de ellos se deriven…” “Es por esto que hago una atenta pero vigorosa exhortación a fin de que en los proyectos de resolución pertinentes que se aprueben o en la Declaración General, se destaque la urgencia de aprobar un instrumento jurídico en el que se plasmen, en forma clara y precisa, los derechos y obligaciones que deberán regir las relaciones económicas internacionales.”

La importancia de la participación latinoamericana está dada en la designación del primer ministro peruano Mercado Jarrin en el cargo de vicepresidente de la cuarta asamblea. Su delegación usó la táctica de presentar párrafos en cada uno de los proyectos en que estaban interesados, logrando que sus puntos de vista se integraran armónicamente en propuestas de otros miembros, incluyendo las 200 millas como mar territorial propio.

Comienza la IV Conferencia

En la tarde del 5 de setiembre pasado, el coronel Houari Boumedienne, presidente de la República Argelina Democrática y Popular, inauguraba la IV Conferencia, la más numerosa de las celebradas por el movimiento de no-alineados. Asistían 76 miembros a plenos derechos, 14 observadores oficiales, que representaban a 90 países, y además representantes de 14 movimientos de liberación nacional (10 africanos, uno del medio oriente y uno centroamericano). Cuatro organizaciones internacionales concurrían invitadas: Naciones Unidas, Organización de Unidad Africana, Liga Arabe y Organización de solidaridad de Africa, Asia y América. “Conferencia de la madurez” la calificó el corresponsal de la agencia Tanjug-IPS, J. Miric. Abonaba el criterio la intensa actividad desplegada durante las sesiones del comité preparatorio y del Consejo de Ministros, que precedieron a la conferencia. El presidente Boumedienne se dirigió así a los presentes:

“Es con un sentimiento mezclado de orgullo y de placer que Argelia recibe la IV Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de los países no alineados. Nuestro país, que se cuenta entre los miembros fundadores de ese movimiento cuando todavía no había recuperado su independencia, tiene derecho de enorgullecerse de haber sido elegido como sede de la presente conferencia.

“Estamos convencidos de que esta conferencia, que reviste una importancia particularmente grande, dará a nuestro movimiento un nuevo ímpetu en la lucha común de nuestros pueblos por la consolidación de su independencia nacional, la realización de sus aspiraciones legítimas y el fortalecimiento de su solidaridad, por el establecimiento de una paz duradera en el mundo fundada sobre la justicia, la libertad y la dignidad de los pueblos.

“Además del alcance histórico que le confiere la evolución actual de la situación internacional, esta Conferencia reviste una muy grande importancia por la cualidad de los participantes y por el número excepcional de los países representados.

“En efecto, la Conferencia constituye hoy, después de la Organización de las Naciones Unidas, la más amplia reunión internacional de la historia. Esta manifestación política prueba que el no alineamiento entraña una energía indestructible. Se está lejos de las previsiones pesimistas sobre la supervivencia del no alineamiento; muy al contrario, ha ampliado considerablemente sus bases y extendido sus fronteras, lo que testimonia con evidencia que no es, como se ha podido creer, el subproducto de una situación pasajera. Se refiere a una realidad mucho más profunda y responde a las mayores y legítimas preocupaciones de los países que tienen en común la voluntad de afirmar su existencia y de asumir plenamente su destino. La adhesión al no alineamiento de cada vez mayor número de países y la extensión de su audiencia internacional, ilustran el hecho de que este encarna una idea-norte conforme a las aspiraciones de nuestra época. Es esta una prueba evidente de la vitalidad de la política del no alineamiento, cuya justeza se sitúa, en primer lugar, en el nivel de las exigencias de una Humanidad que emerge del anonimato y de las humillantes condiciones de vida en las que ha sido sumida durante una larga dominación colonial e imperialista.

“A través de la diversidad de sus regímenes políticos, las distancias geográficas que los separan, sus particularismos culturales y, en cierta medida, la particularidad de sus preocupaciones nacionales y regionales, nuestros países han encontrado así, en este denominador común, una forma de expresión y un medio de acción propicios para conferirles el título, cada día afirmado, de partes en la dirección de los acontecimientos que modelan el mundo.” (…)

“Hasta estos últimos años, la vida internacional ha sido dominada por la psicosis de un conflicto atómico y la perspectiva de una destrucción universal. El callejón sin salida resultante de la dialéctica de la guerra fría, con la acumulación y el perfeccionamiento prodigiosos de las armas modernas, han hecho cada vez menos probable una confrontación directa entre los bloques. No queda otra alternativa más que el diálogo y la búsqueda de compromisos. Así se han instaurado entre los supergrandes las nuevas relaciones de cooperación que favorecen, desde luego, la concordancia en el nivel tecnológico, científico y económico al que han llegado. Paralelamente, otros centros de relativo poder aparecen y multiplican los sistemas de referencia. Todo ello ayuda al reordenamiento de las relaciones internacionales, a lo que contribuyen los acontecimientos diplomáticos de la más grande importancia: el restablecimiento de los derechos de China en la ONU, los diferentes encuentros en la cumbre entre el Este y el Oeste y la apertura de la Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación.

“Esta evolución es ciertamente positiva en la medida en que contribuye al establecimiento de la paz. Sin embargo, si debe pararse en la mitad del camino, sin salir de la esfera del mundo desarrollado, no sería para nosotros más que una apariencia de la primavera, una fuente de exasperación en las relaciones entre ese mundo privilegiado y el resto de la Humanidad.”

Desarrollando la idea de la paz, señaló los peligros de las guerras coloniales, las prácticas militares, el fortalecimiento de bases estratégicas, las maniobras de división y el manipuleo con conflictos armados, las tentativas de dominación por medio de la ingerencia política y la agresión económica.

“La paz sigue esencialmente dependiendo del antagonismo fundamental entre las fuerzas de dominación y subordinación, y las fuerzas de liberación y de emancipación. Es de esta confrontación que surgirán los más agudos conflictos que afectarían a Africa, Asia y América Latina.”

Siguió el presidente argelino refiriéndose a la solidaridad con los movimientos de liberación, acotando que ésta no debería ser selectiva, ni permanecer insensibles ante los crímenes cometidos contra pueblos coloniales, la opresión y la segregación racial, que amenaza al Africa con la ingerencia del imperialismo mundial. Reclamó el apoyo a las causas justas para cambiar este estado de cosas; analizó la situación de zonas conflictuadas, como el medio oriente, rico en petróleo y energía. Denunció la política racial que arrojó al pueblo palestino de sus tierras ancestrales, y a Israel como una implantación militar y colonial al servicio del imperialismo en toda la región.

“Los conflictos y las tensiones creados en Asia, Africa y en América latina por la agresividad del imperialismo, constituyen, en la etapa actual, la más grave hipoteca que pesa sobre la seguridad de los pueblos y sobre la paz. La resistencia del pueblo vietnamita es, a la vez, un ejemplo y una advertencia; cualquiera sean los medios y los métodos de exterminación utilizados, las potencias imperialistas no pueden vencer la determinación de un pueblo. Los logros de la lucha del pueblo vietnamita, así como los de los pueblos de Camboya y Laos, son una contribución a la promoción de la corriente política que se expresa en el no alineamiento. Ciertamente, siguen en vilo las incertidumbres y se necesita una vigilancia constante. Sin embargo, los resultados ya logrados en Vietnam, los éxitos conseguidos por el Gobierno Revolucionario Provisional, la afirmación de la neutralidad de Laos por la reconciliación nacional y la victoria inminente de los patriotas de Camboya, significan el fallo total de la política de fuerza en Indochina.”

Tras enumerar los numerosos problemas que afrontan los países allí presentes, y de refirmar que se dan las condiciones para una más activa y mejor defensa, para acceder a una vida mejor, dijo que

“para alcanzar sus nobles objetivos, deberían los no alineados organizar sus esfuerzos intensificando la concertación entre sus miembros, fortaleciendo su solidaridad, especialmente a nivel de las organizaciones de masas y multiplicando las iniciativas creadoras en todos los dominios, en interés de sus miembros y de la Humanidad toda. ¿Qué forma debería tomar la organización de nuestros esfuerzos? Nos corresponderá a todos decidirlo. Nuestro deseo sería que esta Conferencia pueda aportar, en este y en todos los dominios, las soluciones más adecuadas a las esperanzas de nuestros pueblos y a los ideales de nuestro tiempo.”

Tocóle al presidente de Zambia, Kennet Kaunda, reseñar la actividad desplegada desde la conferencia de Lusaka hasta la fecha, y al secretario general de las Naciones Unidas, señor Kurt Waldheim, quien señaló la necesidad de fortalecer las Naciones Unidas y su papel a nivel mundial, reseñando las actividades cumplidas en pro de la descolonización, conviniendo en que la paz y la seguridad no son solo resultado de la distensión entre los grandes, y que la creciente interdependencia debe llevar la distensión y la colaboración a escala mundial.

Declaración Política

La declaración política consta de 97 puntos, cuya síntesis damos. Los tres primeros señalan que más de la mitad de los estados-miembros de la comunidad internacional, con la mayoría de la población mundial, tomó parte en la conferencia. Dice inicialmente que la Humanidad siempre ha aspirado a la libertad, al bienestar y a la paz. Ya no se trata de un ideal inaccesible o que únicamente estaría al alcance de una minoría. Todos los pueblos pueden pretender ello ahora. Los potenciales creadores de nuestra época lo permiten y las exigencias profundas de los pueblos hacen de ello una necesidad histórica. La fuerza de los movimientos emancipadores que sacuden sin pausa las vetustas estructuras de un mundo en mutación y el empuje ininterrumpido de la revolución científica y técnica abren a la humanidad entera los caminos de una liberación total. Sin embargo, los últimos decenios han mostrado que si no se emplea el progreso científico en servicio de la paz, puede conducir a la servidumbre y hasta a la destrucción. La clara toma de conciencia de estas realidades inspiró el movimiento no alineado, expresado en sus distintas conferencias y reuniones. Reafirma la vitalidad del movimiento y sus perspectivas favorables hacia un mundo más justo y en paz, la democratización de las relaciones internacionales, la cooperación equitativa, el desarrollo económico y el progreso. Estiman que se asiste a profundas transformaciones en la correlación general de fuerzas en el mundo, en favor de la paz, la independencia y el progreso. Constata las tendencias favorables a la paz y a la distensión que intensifica los contactos este-oeste y con China y señala los beneficios que puede reportar esta distensión. Estos progresos no se reflejan en la confrontación de los pueblos con el colonialismo, la discriminación y el “apartheid”, la dominación y ocupación extranjera, el neocolonialismo, el imperialismo y el sionismo. La paz está lejos de estar asegurada en Indochina, Medio Oriente y Africa Austral, subsistiendo situaciones coloniales en América Latina. Destaca la peligrosidad, dadas las condiciones existentes, de acentuar las diferencias entre los dos mundos de ricos y pobres. Refirma el carácter pacifista y progresista del movimiento, reflejado en las Declaraciones de Bandung, Belgrado, El Cairo, Lusaka y Georgetown. Por la edificación, de una independencia auténtica, eliminando los monopolios extranjeros y tomando en sus manos las riquezas nacionales en beneficio de sus pueblos; de salvaguardar la nacionalidad, la propia personalidad, de recuperar y enriquecer su patrimonio cultural, de promover su autenticidad gravemente alienada por el colonialismo; por el rechazo de toda forma de subordinación y de dependencia, ingerencia y presiones políticas, económicas y militares. Se sostiene que la seguridad internacional no será completa si no abarca la seguridad económica. Incrementar la acción común para hacer prevalecer los principios de seguridad económica en las relaciones internacionales. Rechazo de las alianzas militares. Resolución por medios pacíficos de sus diferendos, renunciando al uso de la fuerza o de amenazas, acorde con los principios de las Naciones Unidas. En los tres continentes cada vez hay más países que manifiestan su voluntad de emancipación y afrontan los retos de fuerza de las tutelas neocolonialistas y los monopolios imperialistas. El no alineamiento adquiere mayor amplitud y adhieren a él movimientos de liberación y fuerzas progresistas. Insta a continuar obrando por la paz, la libertad y el progreso, por la democracia y la igualdad entre los estados y asegurar que las decisiones que pudieran afectar a las potencias chicas o grandes no se adopten sin su entera participación y sobre la base de igualdad. Una acción más decidida a hallar urgente solución a los conflictos que afecta al Tercer Mundo y donde el imperialismo y el colonialismo se opone a las aspiraciones legítimas de los pueblos. Para el Medio Oriente: reclama el cumplimiento de las resoluciones de la O.N.U. que obliga a Israel a evacuar los territorios ocupados en 1967; condena la apropiación ilegítima de territorio palestino; la violación de la Declaración de los Derechos del Hombre; el restablecimiento de los derechos del pueblo palestino; la persistencia de Israel en desafiar a la comunidad internacional y el firme apoyo al pueblo palestino.

Celebra los acuerdos de París y los considera como una victoria del pueblo de Vietnam y de los pueblos no alineados y de las fuerzas amantes de la paz, y manifiesta preocupación ante el rechazo de EE.UU. y Saigón a cumplir estrictamente los acuerdos de paz. Se pronuncia por el cese de toda ingerencia norteamericana en Indochina. El único representante de Vietnam del Sur es del Gobierno Revolucionario Provisional, e invita a ayudar a la reconstrucción de ese país. Se saluda la victoria del pueblo camboyano y condena la obstinación de los EE.UU. en su política de agresión. Se condena la ingerencia de EE.UU. en Camboya y se afirma que el gobierno legal de Camboya es el encabezado por el príncipe Norodom Sihanouk. Saluda y apoya el restablecimiento de la paz en Laos. Saluda a los países indochinos en su determinación de seguir la política del no alineamiento. Apoya la acción de reunificación pacífica emprendida por el pueblo coreano, y por la retirada de las tropas extranjeras de Corea del Sur. Examinan con la más grande atención la situación de los pueblos de Africa del Sur, Namibia, Zimbabwe, Angola, Mozambique, Guinea Bissau y Cabo Verde, sometidos a las más duras formas de explotación, opresión y destrucción por el colonialismo y neocolonialismo y el racismo, con el apoyo político, económico y militar de gobiernos de ciertos países de occidente y del capital internacional. Los regímenes colonialistas y racistas de la región constituyen, además, una amenaza directa al libre desarrollo de los países de Africa, especialmente de Guinea, República Popular del Congo, Senegal, Tanzania, Zaire, Zambia, Botswana, Swazilandia y Lesotho. Se denuncia la ayuda multiforme que esos regímenes reciben de ciertos países de la OTAN. Se afirma que solamente la lucha armada pondrá fin a la dominación colonial en la región. Por tanto, saluda la lucha heroica de los pueblos de Angola, Mozambique, Guinea-Bissau y Cabo Verde; y rinde homenaje a la valiente lucha que sostienen en condiciones muy difíciles los pueblos de Zimbabwe, Africa del Sur y Namibia. Se considera urgente poner fin a la presencia colonial en el Sahara español, en la Somalia llamada francesa (Djibouti), Islas Comores e Islas Seychelles. Invita a la Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación, a condenar el colonialismo de Portugal y demás problemas de colonialismo y racismo en Africa. Apoyo a los países que aporta a la lucha armada de los movimientos de liberación africanos. Se condena la existencia de dominación colonial en América Latina y presta apoyo a la lucha del pueblo de Puerto Rico por su libertad e independencia; apoyo a las resoluciones del comité de descolonización de las Naciones Unidas sobre dicho país. Reclama del gobierno de EE.UU. se abstenga de tomar cualquier medida que afecte, directa o indirectamente al ejercicio por ese pueblo de su derecho a la independencia. Se exige que EE.UU. retire sus fuerzas militares de territorio cubano, panameño y portorriqueño y devuelva las bases a sus legítimos dueños. Se apoya las luchas de los pueblos latinoamericanos en afirmación de su soberanía, recuperación de sus recursos naturales y la realización de cambios estructurales que aseguren su desarrollo; estas luchas son un factor importante en la lucha de los pueblos contra el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo. Se saluda al Gobierno y al Pueblo de Chile, que en su lucha por consolidar la independencia y edificar una sociedad nueva, afrontan la agresión combinada de la reacción y el imperialismo; expresa su solidaridad con los esfuerzos por llevar adelante las transformaciones económicas y sociales iniciadas con el fin de evitar la guerra civil y de preservar su unidad nacional.

Se saluda al Perú por su lucha, por su soberanía, por reconquistar sus riquezas y transformar sus estructuras económicas y sociales. Se saluda la victoria del pueblo de Argentina en su lucha por una independencia auténtica y el progreso social.

Se apoya al gobierno y pueblo de Panamá que reivindican su soberanía sobre la zona del canal. Se pronuncia por la disolución efectiva de las alianzas surgidas de la guerra fría y por el desmantelamiento de todas las bases militares y el retiro de tropas extranjeras de todas las regiones del mundo y por una seguridad internacional igual para todas las partes y todos los pueblos del mundo. Se expide por la creación, de zonas de paz y cooperación sobre principios de las Naciones Unidas para reducir tensiones, eliminar la presencia militar foránea. Se apoya la declaración del Océano Indico como zona de paz, resuelto por la Asamblea de las Naciones Unidas y por su aplicación real.

Se expresa preocupación ante la creciente tensión en el Mediterráneo causada por la agresión de Israel, la consolidación de bases extranjeras y la presencia de fuerzas navales extranjeras y se estima que la seguridad de Europa no está disociada de la seguridad en el Mediterráneo y apoya los legítimos derechos de los países no alineados de la región a participar en las decisiones que afectan su seguridad.

Se saluda la Declaración de Kuala Lampur sobre el establecimiento de una zona de paz, libertad y neutralidad, libre de ingerencias de potencias extranjeras en la región; satisfacción por los progresos alcanzados. Se manifiesta la determinación de fortalecer su solidaridad y ayuda mutua en caso de amenazas contra su independencia y su integridad territorial. Se expresa la preocupación por el flujo de armas convencionales que amenazan a países no alineados y por el cese del mismo y se propicia el desarme general y completo, por la prohibición de armas nucleares y de ingenios dirigidos, por la destrucción de todos los stocks existentes y por la prohibición de los ensayos nucleares en todo el mundo, y se demanda la suspensión de las pruebas francesas en el Pacífico y la prohibición de todas las armas químicas y bacteriológicas. Se manifiesta por la convocatoria, cuanto antes, de una conferencia mundial de desarme con la participación de todos los estados. Se destaca la gran contribución que la tecnología nuclear y la liberación de recursos resultante del desarme podrían aportar al bienestar general de todos los pueblos y al desarrollo económico y social del tercer mundo.

Se evoca la Declaración de la III Conferencia no alineada sobre las Naciones Unidas y se reafirma su adhesión a su Carta, que puede constituir un instrumento eficaz para promover la paz, seguridad, cooperación y salvaguardar los derechos y libertades fundamentales. Se reafirma la universalidad de las Naciones Unidas y se celebra el restablecimiento de sus derechos a la República de China; se celebra el ingreso de las dos Alemanias y se apoya la admisión de la República Popular de Bangladesh a las Naciones Unidas. Se afirma que la conclusión de acuerdos en Nueva Delhi del 23 agosto 1973 abre el camino a soluciones humanitarias, no obstante las actuales condiciones de su funcionamiento no responden a las nuevas realidades y no le permiten cumplir plenamente su misión de paz y desarrollo. El no respeto a las decisiones de las Naciones Unidas, la tendencia de las grandes potencias a monopolizar su acción, paralizarla o desviarla en el sentido de intereses particulares, contradicen su carácter de universalidad y causan daño a su autoridad y prestigio. Para asegurar la eficiencia de la ONU y su autoridad subrayan la necesidad de una mejora en la Organización. Es este sentido, el Consejo de Seguridad, órgano investido de la primera responsabilidad por el mantenimiento de la paz y la seguridad, no debería ser impedido en el ejercicio de todas las responsabilidades que le confiere la Carta. Invita a sus integrantes a mostrar sabiduría e integridad moral en el ejercicio de sus funciones. Se pronuncia por el respeto de las decisiones y resoluciones de la ONU. Se expresa inquietud ante el deterioro constante de las condiciones económicas de los países en vías de desarrollo y por el crecimiento del abismo que los separa de los países industrializados, señalando que los esfuerzos del primer decenio del desarrollo y el curso del segundo decenio no han llevado a ningún resultado notable. La multiplicación de atentados a la soberanía, la explotación neocolonialista, sobre todo por las sociedades transnacionales, la persistencia de sus estructuras internas inadecuadas, las reservas y restricciones de ciertos países industrializados respecto de la puesta en práctica de la estrategia del desarrollo, explican la agravación constante de los países del tercer mundo. Consideran que la evolución de las relaciones económicas y el crecimiento del intercambio entre países desarrollados no deberían traer perjuicio a los intereses esenciales de los no alineados ni la reducción de su parte en el comercio mundial. Sobre el plan monetario, a la luz de las negociaciones en curso, la Conferencia hace notar que de parte de los países industrializados falta una voluntad política suficiente para tener en cuenta, en el nuevo sistema planeado, las necesidades específicas de los no desarrollados con respeto a intercambio y financiamiento de su desarrollo. Se pronuncia por el fin de toda forma de explotación y dominación extranjera y por el derecho de cada Estado a recuperar sus recursos naturales y por una cooperación subregional, regional y mundial sobre la base del respeto y beneficio mutuos. Se invita a los no alineados a intensificar su concertación y participar activamente en las próximas negociaciones monetarias y comerciales y en la III Conferencia de la ONU sobre el derecho del mar. Declara satisfacción por cuanto la Declaración de Principios de la ONU sobre los fondos marinos, en 1970, es acorde con los principios enunciados en la Conferencia de Lusaka, y por la convocatoria a la Conferencia sobre derecho del mar. Se apoyan las 200 millas marinas, medidas a partir de las líneas de base, en las cuales el estado ribereño ejercería sus derechos a explotar los recursos naturales y de proteger otros intereses propios, sin perjuicio de la libertad de navegación y de sobrevuelo donde fuera aplicable, por una parte, y del régimen relativo al banco continental, por la otra. Se reafirma la importancia vital del aprovechamiento racional de los recursos de mares y océanos. Se reafirma la adhesión al principio fundamental de que la zona y recursos ubicados más allá de los límites jurisdiccionales nacionales constituyen patrimonio común de la humanidad y recomiendan se instituya una autoridad internacional investida de amplios poderes para su administración, en beneficio de toda la comunidad y en particular de los países en desarrollo y se invita a aceptar moratoria en la explotación marina hasta que se logre un régimen acordado. Se propicia que las nuevas reglas del derecho del mar deben contribuir a eliminar las amenazas a la seguridad de los estados, y asegurar su soberanía e integridad. Se asegura que es urgente celebrar la Conferencia del mar en Santiago de Chile en 1974, y asegurar su éxito con una adecuada preparación, con indispensable concertación previa de los no alineados coordinando sus posiciones y acciones. A fin de asegurar la continuidad de la política de no alineamiento, cuya justeza ha sido confirmada por los recientes desarrollos de la situación internacional, se decide incrementar su acción y coordinar sus esfuerzos; necesidad que se impone tanto más cuanto que esos principios han sido adoptados como base de acción por numerosos organismos de cooperación regional e internacional. Las grandes mutaciones políticas, económicas y tecnológicas en el mundo, la urgencia y acuidad de liberación y desarrollo, una paz verdadera, mueven a los no alineados a organizar su cooperación para dar nuevo contenido a la solución de los grandes problemas internacionales. Se decide volver a reunirse en Colombo, Sri-Lanka (Ceilán) en 1976.

Declaración Económica

En la introducción de la Declaración Económica se destaca que los jefes de estado o gobierno consideraron detalladamente el desarrollo de la situación económica y social en los países en desarrollo, en el contexto de lo ocurrido en el mundo desde la conferencia de Lusaka hasta hoy. Confirmaron así que la disminución de la tensión internacional no tuvo mayor influencia positiva para el desarrollo económico de los países pobres.

“…el imperialismo es siempre el más grande obstáculo en el camino de la emancipación y del progreso… que luchan por alcanzar los niveles de vida acordes con las normas más elementales del bienestar y la dignidad humana. El imperialismo no solo se opone al progreso económico y social, sino que adopta una actitud agresiva con respecto a los que afrontan sus propósitos, tratando de imponerles las estructuras políticas, sociales y económicas que favorecen la dominación foránea, la dependencia o el neocolonialismo”,

dice el título primero, y sigue: “Esta situación es el resultado de una política sistemática, seguida por el imperialismo en todas las partes, y que permanece constante aunque su aplicación pueda revestir formas diversas, según circunstancias del momento o lugar.” Añade que algunos pueblos aún siguen siendo víctimas de la colonización, del apartheid y otras formas de opresión que los privan de los derechos fundamentales. El segundo título destaca las dificultades que enfrentan en los últimos tiempos los países en desarrollo: aumento de la inflación y, en consecuencia, de los precios de las mercaderías de importación; las presiones sobre las balanzas de pago por la transferencia de ganancias de los inversionistas extranjeros privados; el pago de las altas deudas exteriores y las consecuencias de la crisis monetaria internacional.

En el tercer punto, Evaluación de la Estrategia Internacional del Desarrollo, señala que, admitiendo que pudieran alcanzarse los objetivos propuestos para 1980, las estimaciones previas son muy pesimistas. El Tercer Mundo comprende un 70% de la población mundial y subsiste con solo un 30% del ingreso mundial. El ingreso anual medio del decenio por habitante será de 3.500 dólares en los países desarrollados y de 265 dólares para los subdesarrollados.

De los 2.600 millones de habitantes de Tercer Mundo, 800 millones son analfabetos, casi mil millones sufren insuficiente nutrición o hambre y 900 millones tienen un ingreso diario inferior a 30 centavos de dólar. El fracaso de esta estrategia, unánimemente constatado, se explica tanto por la falta de voluntad política de los países ricos para poner en práctica las medidas urgentes, como por la inadecuación de los objetivos de crecimiento a las preocupaciones reales de los países en vías de desarrollo. Denuncia seguidamente el comportamiento de las compañías transnacionales y de otras compañías monopolistas que se benefician con el pillaje de los subdesarrollados.

En cuanto a los problemas comerciales y monetarios se comienza destacando que el sistema vigente disminuye continuamente la modesta participación de los no alineados en el comercio mundial. Del 21.3%, en 1960, bajó a 17.6% en 1970. El sistema de preferencias excluye los productos agrícolas esenciales e instaura un control riguroso de la importación de todos los productos considerados como importantes para los no desarrollados. La crisis monetaria internacional es soportada en buena medida por los países que no tienen responsabilidad por su existencia, mientras la transferencia de recursos desde los desarrollados disminuye, la deuda exterior se cuadruplicó en el último decenio, llegando a 84.000.000.000 de dólares. Se contemplan medidas especiales a favor de los países menos desarrollados, comprendidos los países sin litoral, para los que pide un mejor tratamiento, y en el punto IV Problemas de Alimentación, se señala la crisis alimenticia en vastas regiones del mundo, sobre todo en la región sudano-sahariana de Africa; situación que se mantiene estacionaria en los últimos quince años, agravada por el alza de precios de los productos de primera necesidad. Señala la conveniencia de una conferencia mundial a nivel ministerial, convocada por la UNCTAD y la FAO.

En el título (VII), Soberanía y los recursos Naturales se declara que

“apoya sin reservas el derecho a la aplicación del principio según el cual las nacionalizaciones realizadas para proteger las riquezas naturales de algún país, y que son a la vez expresión de su soberanía, otorgan solamente a tal estado el derecho de determinar el monto del eventual perjuicio, como también las formas en que será pagado y que cualquier eventual conflicto en esta materia debe ser solucionado sobre la base de las leyes nacionales de cada estado”.

Con la declaración se apoya igualmente el derecho de los países en desarrollo a dejar sin efecto acuerdos y concesiones que les fueron impuestas por la fuerza. Recomiendan la creación de organismos para la defensa de los países productores de materias primas, tales como el OPEP y la CIPEC; los resultados obtenidos, especialmente con el petróleo, abonan la justeza de esta política. Condenan en (VIII), Sociedades Transnacionales, ante la opinión pública mundial, las prácticas inadmisibles que violan la soberanía y la no ingerencia, amén de la acción negativa en el plano económico (ITT y otros). Sobre (IX), Transferencia de Tecnología, plantean la necesidad de crear o mejorar una tecnología adaptada a las necesidades y realidades de sus países, incrementando sus propios esfuerzos de investigación y aprovechando la experiencia mutua de los países no alineados. Al mismo tiempo, se plantean continuar la lucha en los organismos internacionales para un acceso más fácil y menos costoso a la tecnología, la adopción de un código de comportamiento internacional que regiría las transferencias hacia los menos desarrollados.

La necesidad de robustecer la colaboración entre los países desarrollados y los en vía de hacerlo sobre la base del intercambio equitativo de bienes, y en interés del fortalecimiento de la economía de los países en desarrollo, ocupa un lugar en este documento. Consideran que las Naciones Unidas deben dictar una Carta de los derechos y los deberes económicos de los estados.

El capítulo final acentúa la necesidad de actuar en defensa de su identidad nacional y cultural, y que traten de eliminar cuanto antes todas las consecuencias desfavorables de la era colonialista.

Programa de Acción para la Cooperación Económica

Este importante documento establece que los países no alineados deben apoyarse, ante todo, en sus propias fuerzas, por separado y colectivamente, en la realización de los fines perseguidos para su progreso y desarrollo. Entre otras cosas, pone de relieve los puntos siguientes: incremento del comercio mutuo; colaboración regional con el fin de coordinar el desarrollo; establecimiento de una colaboración de los bancos centrales nacionales y el estudio de las posibilidades de formar instituciones financieras conjuntas. Igualmente, se destaca que los no alineados deben asegurar una colaboración eficaz con las organizaciones internacionales, elaborar una plataforma para la colaboración monetaria mutua y, especialmente, deben desarrollar un sistema de intercomunicación. Hace un llamado a la comunidad internacional para que ayude a la edificación de un nuevo sistema de relaciones económicas internacionales, basadas en la igualdad y en el interés de todos los países. Para tal fin los no alineados deben aumentar la colaboración mutua, principalmente orientada a los siguientes fines:

• La adopción de la estrategia internacional de desarrollo;

• La ampliación del campo de colaboración a nuevos sectores y de aquellas formas que ya están preparando en las relaciones mutuas;

• La ampliación del sistema de preferencias.

La liberación del comercio y la supresión gradual de barreras aduaneras entre los países desarrollados deben tomar una forma tal que no vaya en perjuicio del tercer mundo.

Una parte del documento se ocupa del sistema monetario y financiero internacional. Los no alineados exigen su plena participación en él sobre la base de la igualdad y la puesta en marcha de un sistema monetario nuevo, justo y estable. Aboga porque se emprendan acciones conjuntas destinadas a disminuir los problemas que se desprenden de las deudas al extranjero por préstamos recibidos bajo condiciones extremadamente difíciles; se estimula la consolidación de planes regionales y su vinculación mutua. Concerniente a la transferencia de tecnología, se pide a los no alineados que edifiquen posiciones conjuntas para actuar en las instituciones internacionales, al mismo tiempo que se solicita la disminución de su precio. Pone el acento en la toma de medidas urgentes que detenga la emigración de técnicos y expertos hacia los países industrializados. Aboga el plan de acción por una mayor participación en el tráfico marítimo, junto con la concesión de facilidades para lograr ese pro pósito.

El documento habla de la colaboración con los países socialistas, a los que formula un llamado para que en sus planes tengan en cuenta igualmente las necesidades de los no alineados, para que en ese sentido se les facilite una mayor exportación de productos elaborados o semielaborados, sobre la base del sistema de preferencias. De estos países socialistas, los no alineados esperan asegurar las condiciones más favorables para intensificar el comercio, las relaciones económicas, científicas y técnicas. Con esto se sobreentiende la exigencia concerniente a la transferencia de tecnología y la capacitación técnica de personal procedente del tercer mundo.

La Conferencia encausa sus esfuerzos para que se eliminen todas las inversiones privadas en los sectores económicos que son considerados como estratégicos, teniendo en cuenta las condiciones de cada país, como son las industrias de la extracción y básica, los servicios públicos, las comunicaciones, el sistema bancario y los seguros.

El plan de acción manifiesta la necesidad de controlar la actividad de las corporaciones transnacionales, y los criterios generales que tendrían vigencia para todas estas corporaciones. Un grupo de expertos recibió la tarea de preparar un proyecto especial sobre esta cuestión, y deberá expedirse en un plazo de solo tres meses.

Revista de la prensa

La prensa mundial dedicó espacios considerables a la marcha de los preparativos y a la realización de la conferencia. Las agencias noticiosas transmitieron centenares de miles de palabras, y diversos medios de comunicación destacaron enviados especiales. Señal de que cabalgamos, podría decirse. Y se trata de una cabalgata de los representantes de 2.600 millones de habitantes. También nuestro país se ocupó del gran evento, y desde un matutino que envió un corresponsal especial, hasta otro que lo calificó de reunión de mendicantes, hubo diversos enfoques. Echaremos aquí una rápida hojeada a la prensa extranjera, destacando solo algunos de los tantos juicios y comentarios desatados por el cónclave del Tercer Mundo. “República”, diario argelino, señaló que “los temas económicos y políticos del tercer mundo caracterizan a la cumbre no alineada”, destacando el vigoroso crecimiento del movimiento.

“Le Monde”, en vísperas de la reunión, decía que “…la cuarta conferencia podría señalar una etapa hacia la independencia económica y cultural de esas naciones”. Recuerda luego que los países no alineados irrumpieron en la escena mundial hace 18 años. Desde entonces se mantuvieron allí con su actividad, y advierte que “frecuentemente las voces de los no alineados se perdían en el desierto de la indiferencia o la mala voluntad de los países occidentales. Los pueblos ricos, ensordecidos por las sirenas de la sociedad consumidora, no trataron siquiera de pensar sobre el destino de más de dos mil millones de hombres a los cuales compran a bajo costo las materias primas que aseguran su riqueza cada vez mayor. En lo que respecta a los gobiernos occidentales, no obstante algunas declaraciones de principio, ellos trataron en su mayoría de mantener sus sistemas que favorecen la prosperidad de los estados con cuyo apoyo gobiernan. La descolonización política, que aún no finalizó, no abolió en absoluto la dominación cultural ni económica. “Al Ama¡”, de Túnez dice: “El cometido de los no alineados debe consistir en la defensa de los auténticos intereses de los países pequeños”, mientras su colega “Action” considera fundamental elaborar una nueva concepción de la no alineación. “Nouvel Obsevateur” revista francesa: “Si la conferencia termina exitosamente, esto podría significar un giro en las relaciones entre los países industrializados y los países en desarrollo”, constatando igualmente que ahora “el tercer mundo teme menos que, contra su voluntad, sea arrastrado a una confrontación de los bloques militares.

“La Libre Belgique”, una de las publicaciones de mayor renombre en Bélgica, en artículo firmado por el presidente del senado belga Paul Struye, dice, citando palabras del presidente Tito en la primera conferencia, en Belgrado, que “es necesario actuar en el sentido de solucionar en forma justa y pacífica los problemas internacionales que se presentan y no permitir que sea quien fuere ponga en juego el destino de la humanidad”. El autor recuerda el ejemplo de Yugoslavia en la lucha por la independencia, haciendo hincapié en las condiciones excepcionalmente difíciles bajo las cuales fue conquistada esa independencia. El diario de mayor circulación de Suecia “Dagens Niheter” describe la atmósfera argelina en vísperas de la reunión. “Esta es una reunión fantástica de jefes de estado de 90 países. Representan la mayor parte del mundo y constituyen hoy una fuerte comunidad cuya voz debe tenerse en cuenta.” La prensa polaca prestó gran atención a la reunión. Recogió en forma destacada el discurso del canciller angelino Boutellika en la reunión previa de ministros donde dice que “el mundo socialista fue siempre verdadero aliado del Tercer Mundo, y que por ello no puede ser este colocado en una misma plataforma con el imperialismo.”

“Corriere della Sera” caracteriza agudamente a la IV conferencia “Los megatones nucleares matan enseguida, pero las bombas atómicas morales de que dispone el arsenal de los países no alineados no pueden quedar sin efecto en el futuro”. “Se trata de países jóvenes y sumamente felices que representan poco o nada si se trata de la fuerza militar de la que disponen, pero que tienen conciencia de que disponen de una inmensa fuerza moral.”

“El Nacional”, de México: “Esta conferencia tiene una enorme importancia ya que reúne a naciones que persiguen un fin común: Liberarse del atraso y aunar todos los esfuerzos para alcanzar relaciones más progresistas.” La prensa yugoslava cubrió la reunión con gran amplitud, y diversas publicaciones la analizaron en muchas notas. “Komunist”, órgano de la liga de los comunistas, destacó la unidad sobre las cuestiones esenciales y su orientación hacia la acción. Las declaraciones y las resoluciones de la conferencia “no son solo documentos sobre la heterogeneidad y la orientación democrática y progresista de la política de la no alineación, sino que son programas de acción en torno de los cuales los participantes se reunieron, que serán presentados en la próxima sesión de la asamblea general de la ONU.” Estas acciones serán emprendidas “no para que los no alineados impongan el peso de su número, sino para que propongan o exijan soluciones basadas en el derecho inviolable de todos los países a vivir y progresar en paz…”

La revista “Política Económica”, de Belgrado, señala: “Sin considerar las diferencias manifestadas, las polémicas y la mayor o menor importancia de esta o aquella región, se ha logrado realmente un envidiable grado de acuerdo sobre cuestiones esenciales del mundo actual, incluidas cuestiones económicas esenciales”, caracterizando al programa de acción “concreto en lo posible, amplio y detallado.” El diario belgradense “Política”: … “los no alineados no ven la perspectiva del apaciguamiento mundial como una conservación del statu quo social e internacional, sino como una acción encausada a crear condiciones favorables para enderezar las injusticias internacionales y para que se desarrollen sin estorbos las fuerzas sociales internas a fin de que el progreso pueda avanzar más rápida y libremente en la dirección que determinó la historia, salvando las barreras, total o parcialmente derivadas”. Termina señalando la obligación de realizar un acuerdo preciso para realizar el ambicioso plan aprobado.

La prensa norteamericana

Durante la conferencia, la prensa norteamericana desplegó una amplia gama de criticas y retórica. Terminada ésta, los principales diarios de ese país proceden a realizar una revaloración de las principales conclusiones del encuentro tercermundista. En las versiones de las agencias noticiosas o en los despachos de corresponsales especiales, la casi totalidad de los cotidianos destacan, en primer lugar, que del encuentro argelino surgió una advertencia a las grandes potencias para que no intenten dividir al mundo una vez terminada la guerra fría, tema polémico que se refleja en las intervenciones del coronel libio Kadaffi y de Fidel Castro.

En segundo lugar, el planteo de una exigencia de mayor participación de los países no alineados y en desarrollo en las próximas conversaciones sobre el desarme, el intercambio comercial y las cuestiones monetarias internacionales. El “New York Times” estima que “los no alineados advierten a los grandes países”, mientras el “Washington Post” interpreta el mensaje final de la reunión argelina como una promesa de que “se sentirá la voz de los pobres”. Entre las conclusiones de la Conferencia consideradas por la prensa, figuran “la decisión de los países no alineados de ejercer una mayor influencia sobre la actual modalidad con que las grandes potencias conducen los asuntos internacionales” escribe el “Star” de Washington. El “Baltimore Sun” recoge el interés en que sea respetado el “derecho soberano que tienen sobre sus riquezas naturales”, agregando que en la cuarta conferencia se “dio más que nunca hasta ahora, un decidido apoyo a los movimientos de liberación”.

Todos los diarios registraron las enérgicas condenas contra la agresiva política de Israel frente a los países árabes, como así también las críticas al apoyo norteamericano a Israel, aclarando que las posturas adoptadas no son tan radicales como lo demandaban los países árabes.

En la mayoría de los diarios se menciona el llamado formulado por la conferencia argelina en favor del desarme general, que incluiría también la prohibición de producir y probar armamentos nucleares; el pedido para la creación de un fondo común para el financiamiento y desarrollo de los no alineados; la demanda por la reorganización de las Naciones Unidas en la forma que el “tercer mundo” tendria mayor voz: y el apoyo a la ampliación de las aguas territoriales a doscientas millas.

El balance de la prensa norteamericana es un claro índice de que las “Naciones Unidas de los pobres” emerge como un bloque con una creciente fuerza moral, cuya voz deberá tenerse en cuenta.

Conclusión

En la IV Conferencia Cumbre de Argel, el movimiento de los países no alineados alcanzó el más alto número de concurrentes —76 miembros plenos, 9 observadores y 3 invitados especiales, total 88 países—, al mismo tiempo que el porcentaje de gobernantes —jefes de estado y primeros ministros— fue el más alto: 91%. Además, 14 movimientos de liberación recibieron reconocimiento de hecho.

Salvo las pequeñas naciones centroamericanas, el resto de América latina se hizo presente con 7 miembros a pleno derecho y 9 observadores. La ausencia de los regímenes nicaragüense y guatemalteco no necesitan explicación. La importancia del aporte latinoamericano refleja el fortalecimiento de la conciencia sobre la necesidad creciente de autonomía política en salvaguardia de vitales intereses nacionales. Al mismo tiempo, ha intensificado las presiones reaccionarias, y el golpe militar chileno inmediatamente después de la conferencia es dramático testimonio.

“Fue difícil —y para la mayoría de los periodistas irritante— asegurar que esta reunión cumbre transcurriera sin el menor incidente— informaba Julio Elisardo, de IPS—, puesto que se había reunido todo el espectro ideológico-político del tercer mundo: desde el primer ministro de Jordania hasta los líderes de la resistencia palestina y el gobierno revolucionario de Vietnam del Sur: desde Indonesia al impulsivo y arrasador coronel libio y el comandante cubano” “El efusivo abrazo entre Kadaffi y Castro sobre el final de la conferencia, marcó su culminación y rubricó una alianza de hecho: Cuba, para dar fe de los compromisos asumidos en la conferencia, anunció en la misma sala donde dos días antes Kadaffi había precisado sus divergencias ideológicas, que rompía relaciones diplomáticas con Israel.” “Seguramente, ninguno de los jefes de gobierno volvió a su país con la seguridad de haber obtenido la totalidad de sus aspiraciones. Ni Argelia, que esperaba convertirse en país sede de una nueva organización mundial, consiguió sus propósitos. Sin embargo, los no alineados comienzan a funcionar desde hoy como grupo permanente, cuyo representante ante la ONU será el presidente Boumedienne.”

“En el plano económico, finalmente, los países no alineados integrarán, a partir de ahora un “banco de solidaridad y desarrollo” que se formará sobre la base del aporte financiero de los países árabes petroleros, a los que algunas naciones latinoamericanas —entre ellas Argentina y Perú— aportarán la tecnología industrial y asistencia teórica necesarias para implementar proyectos comunes de desarrollo económico.” Cinco días de laboriosas discusiones culminaban con el triunfo más rotundo y una demostración masiva de unidad del Tercer Mundo. Las declaraciones y el plan de acción constituyen, a juzgar por la variedad y extensión de juicios emitidos en todo el mundo, el acta de nacimiento de un nuevo orden político mundial, que comienza a estructurarse a partir de Argel. Como parte de las celebraciones, se exhibieron diversas películas. “La Batalla de Argel” siguió atrayendo multitudes, y en el bar donde se produjo uno de los atentados de la película de Gino Pontecorvo, se organizó una discusión; todos la elogiaron, pero lamentaron que el coronel apareciera tratado con benevolencia. “Lo conocimos y no era así” dijo un hombre con visibles cicatrices. La calle se llama ahora Didouche Mourad, uno de los seis patriotas que iniciaron la insurrección, muerto en el transcurso de la misma. Quedan nombres franceses, pero muchas calles llevan nombres ligados a la guerra de liberación, un recuerdo inborrable para este país, que perdió la décima parte de su población. Otras calles evocan figuras revolucionarias del Tercer Mundo. El magnífico boulevard de la República, que integra la rambla costanera de Argel, se llama ahora Ernesto “Che” Guevara.

Volviendo al cine, mas de 7 filmes recuerdan las guerras argelina y palestina, a los que se les agregan “EI caso Mattei”, “Estado de Sitio”, “Sacco y Venzetti”, “Investigación de un ciudadano…” de Damiano Damiani. Nuestro país estuvo representado por “La hora de los Hornos”, que causó enorme interés.

La radio y la televisión argelinas se sumaron a la batalla con documentales y denuncias procedentes de numerosos países. El sentido era muy claro: Los argelinos quieren demostrar que la lucha del Tercer Mundo no es un capricho ni una elaboración metafísica, sino un esfuerzo justo y coherente de liberación, que debe unir a todo el mundo emergente por encima de divergencias políticas, raciales o religiosas, como un imperativo de supervivencia. Y lo demostraron.

La No Alineación en la Política Exterior Argentina

La idea de la no alineación en la política exterior argentina aparece en oportunidad de enunciar el general Perón la Tercera Posición, estableciendo equidistancia e independencia de los dos polos que aglutinaban la política mundial al término de la segunda gran guerra. Pero, quizás, la mejor y más tajante definición en la praxis fue la dada por el Subsecretario de Relaciones Exteriores doctor Jorge Vázquez en las reuniones de junio de 1973 en Lima, dedicadas a considerar la reforma de la carta de la OEA, típica organización creada a la sombra de la “guerra fría”. Damos algunos párrafos de su extraordinaria intervención, claro exponente de una política —más que de un estilo— que restableció la imagen de la Argentina, afectada por falta de continuidad y deteriorada por la dictadura militar.

“Hoy ya no es posible ocultar nuestra propia realidad: el sistema interamericano no ha funcionado en él sentido de la revolución latinoamericana.

“La crisis permanente del sistema interamericano invita a pensar que no es posible continuar con un sistema de relaciones internacionales que solo sirvió para proteger la penetración imperialista en nuestros pueblos.

“Quiero hacer notar que para nuestro país el pluralismo revolucionario supone, en nuestro continente, la abolición definitiva de todo instrumento que excluya a Cuba de la hermandad latinoamericana.

“No puede hablarse de sistema interamericano en ausencia del pueblo y del gobierno hermano de Cuba, cuya decisión de no someterse a los dictados hegemónicos es por todos conocida.

“El supuesto que existe una solidaridad de intereses entre Estados Unidos y Latinoamérica, que sirviera de fundamento axiológico al panamericanismo es y ha sido falso. Desde los orígenes, el gobierno de Washington pretendió establecer su hegemonía económica a través de la Unión Aduanera que incorporara las economías precapitalistas de Latinoamérica al sistema productivo norteamericano.” “De allí que se instaurara un régimen vertical de desigualdades, al que se pretendió disimular bajo el concepto de la «igualdad jurídica» de los Estados que componen la OEA.” “Sustancialmente no puede existir una «asociación madura» cuando existen intereses distintos y no pocas veces contrapuestos. Y menos cuando existen en nuestra América, pueblos sojuzgados por el régimen tradicional de dominación colonial o fórmulas heterodoxas de vasallaje o de cesiones disfrazadas.” “Estas advertencias nos deben servir para llegar a una conclusión obvia: no hay política común al opresor y al oprimido. No hay foro que pueda abarcar la pretensión imperialista y el deseo de ser libres.”

Liberación y Transformación

Discurso del señor Alberto Juan Vignes, ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina.

“En nombre del Gobierno y del pueblo de la República Argentina me complazco en expresar ante los países que integran el movimiento No Alineado un profundo y sincero sentimiento de adhesión al iniciar nuestra actuación como miembros plenos. El momento tiene para todos los argentinos la solemnidad que revisten las grandes decisiones de la historia política de mi país. Ese sentimiento es el que nos permitirá colaborar dentro del Movimiento en la adopción de decisiones trascendentes para el establecimiento de un mejor orden internacional.

”Confiamos en que la activa participación en este esfuerzo multilateral, cuyas aspiraciones compartimos, ayude a consolidar un sistema de cooperación entre los Estados, basado en la libertad, la igualdad y la justicia, que reemplace el tradicional esquema caracterizado por la política de la fuerza y las esperas de interés. El pueblo de la Argentina ha retomado las consignas de liberación y transformación contenidas en los principios del Movimiento Nacional Justicialista, para asegurar la Independencia económica, la justicia social y la soberanía política. Creemos que la esencia de los principios que conforman nuestra Doctrina Social puede significar una contribución para todos los hombres que luchan por liberarse de cualquier forma de imperialismo, y por lograr la transformación de la estructura de formas sociales superadas. Solo los pueblos han de ser los protagonistas y artífices de sus destinos.

“Los principios señalados emergen de la voluntad soberana de nuestro pueblo y coinciden con las líneas de acción tendientes a lograr una apertura hacia el Humanismo y una real y sincera solidaridad con el Tercer Mundo. La Argentina, conjuntamente con los pueblos aquí reunidos, buscará apoyar la clara conformación de la voluntad generosa y transformadora que caracteriza la acción del movimiento. Comprendemos que en los umbrales de una época decisiva para la supervivencia y la liberación, no cabe actitud contemplativa alguna.

“Conocemos los problemas, las luchas y las heroicidades de los pueblos que hoy reciben a nuestro país. Sus voces tienen eco sustancial porque no reconocen sumisiones, ni oligarquías expoliadoras y porque rechazan imperialismos antihistóricos y satelismos paralizantes. Nos comprometemos a sumar nuestro esfuerzo al suyo, para que sin perder de vista cada esencia nacional, continúe su marcha hacia la etapa decisiva del universalismo.

“La acción desarrollada por este Movimiento para reafirmar los derechos inalienables y naturales de los pueblos a darse el gobierno que reclama su voluntad soberana, a aprovechar integralmente de su desarrollo económico y a beneficiarse de los adelantos de la ciencia, ha demostrado al mundo que la causa de la humanidad no está vencida. En ese sentido quiero expresarles que el Líder del Justicialismo, Teniente General Juan Perón, hace tres décadas, anticipándose a interpretaciones posteriores, enriqueció la acción de nuestro país con su aporte universalista, positivo y vivificante, al propugnar la lucha libertadora contra los imperialismos de derecha y de izquierda.

“Su doctrina de la Tercera Posición trasciende lo político, lo militar y lo económico. Su filosofía postula que si bien el progreso es importante para el bienestar de los pueblos, tanto más lo son su soberanía política y su independencia económica. Estas constituyen la única base firme de la paz y la seguridad en el mundo, las que solo serán posibles en la medida en que ningún gobierno comprometa dicha soberanía o independencia.

“Consideramos que el progreso y la evolución de la humanidad ha de percibirse en cada uno de los actos que individual y colectivamente efectuemos los países del no alineamiento. A cuantos aquí estamos, nos une la necesidad de instrumentar la liberación de los continentes en función de la pluralidad ideológica y la preservación de los valores esenciales que han permitido nuestra cooperación y entendimiento.

“Únicamente mediante una acción conjunta y coordinada en el campo internacional podrán alcanzarse los objetivos de la liberación. Ya en 1968, el Teniente General Perón lo señalaba al decir… ‘… para preparar esa acción que puede ser en nuestro provecho como en beneficio de todos los pueblos que anhelan liberarse, es preciso que todos los líderes populares nos unamos y nos hagamos la firme resolución de luchar en conjunto con la mas absoluta unidad de concepción en procura de la necesaria unidad de acción’.”

Nómina de asistentes

Miembros plenos

Afganistán

Alto Volta

Arabia saudita

Argelia

Argentina

Bahrein

Bangladesh

Bhoutan

Birmania

Botswana

Burundi

Camboya

Camerún

Chile

Chipre

Costa de Marfil

Cuba

Dohomey

Egipto

Emiratos Arabes Unidos

Etiopía

Gabón

Gambia

Ghana

Guinea

Guinea Ecuatorial

Guyana

India

Indonesia

Irak

Jamaica

Jordania

Kenia

Kuwait

Laos

Lesotho

Líbano

Liberia

Libia (Ceylan)

Madagascar

Malí

Malta

Marruecos

Mauricio

Mauritania

Nepal

Níger

Nigeria

Oman

Perú

Qatar

Rep. Centro Africana

República Arabe del Yemen

República Democrática y Popular de Yemen

Ruanda

Senegal

Sierra Leona

Singapur

Siria

Somalía

Sri-Lanka

Sudán

Suecia

Swazilaud

Tanzania

Tchad

Togo

Trinidad y Tobago

Túnez

Uganda

Vietnam del Sur

Yugoslavia

Zaire

Zambia

Países invitados

Austria

Finlandia

Países observadores

Barbados

Bolivia

Brasil

Ecuador

México

Panamá

Uruguay

Venezuela

Organizaciones Internacional invitadas

Naciones Unidas

OAU -Organización de Unidad Africana

Liga Arabe

Organización de Solidaridad de los países de Africa, Asia y América Latina

Movimientos de liberación

En territorios bajo dominación portuguesa:

Angola: M.P.L.A. (Movimiento Popular de Liberación de Angola).

Guinea-Bissao: P. A. I. G. C. (Partido africano para la independencia de la Guinea Portuguesa e Islas del Cabo Verde).

Mozambique: FRELIMO (Frente de liberación de Mozambique).

San Tomé y Príncipe: C. L. S. T. (Comité de liberación de San Tomé y Príncipe).

Rodhesia: ZAPU (Unión del pueblo de Zimbahwé) y ZANU (Unión nacional africana de Zimbabwé).

Africa del Sur: A. N. C. (Congreso nacional Africano) y P. A. C. (Congreso Panafricano).

Namibia: S. W. A. P. O. (Organización popular del suroeste africano).

Islas Seychelles: S. P. U. P. (Movimiento de liberación nacional de Comores.

Somalía: F. L. C. S. (Frente de liberación de Costa de Somalía).

M. L. D. (Movimiento de liberación de Djibuti).

O. L. P. (Organización de liberación de Palestina).

P. S. P. R. (Partido Socialista de Puerto Rico).

Fortalecimiento de la Acción Coordinada

Discurso del General Edgardo Mercado Jarrin, del gobierno del Perú.

“La economía de un país constituye la base de su política. Por ello el Perú considera que es indispensable que los países en desarrollo, que son por lo general los productores de materia prima, se asocien en alianzas internacionales que serían una especie de Sindicato Mundial de los países productores gracias al que estos países podrían aunar al mismo tiempo su voluntad y su acción a fin de lograr los mismos objetivos político-económicos en diversos organismos internacionales, así como en los nexos directos con los países industrializados.

“En este sentido la OPEP, Organización de Países productores de petróleo, que fue fundada hace años a iniciativa de países latinoamericanos, nos señala claramente el camino por el cual debemos ir. La CIPEC —organización del cobre— también nos muestra, a través de relaciones similares, cómo nuestros países se pueden poner de acuerdo para defender los precios de sus productos básicos y cómo pueden emplear, en provecho del propio desarrollo económico, las ganancias de la venta de estos productos, que les permiten aumentar su poder político. Enriquecidos por estas experiencias, nosotros opinamos que tenemos que establecer nuevas bases para formar una especie de organización conjunta que coordinara nuestra acción en este sentido.

“De este modo la presencia de nuestros países, que representan a la mayoría en los organismos internacionales, podrá expresarse en forma de resultados concretos que serían un provecho directo para una buena parte de la humanidad.

“Durante estos últimos años a menudo se ha dicho que los países en desarrollo asumen una responsabilidad especial, que, en efecto, no tendrían que seguir el ejemplo de los países desarrollados y, edificando desorganizadamente su industria, arruinar el medio ambiente del hombre, puesto que en ese caso serían cómplices de la injusticia que se lleva a cabo en el mundo. La contaminación del medio ambiente del hombre es por lo general ocasionado por los países desarrollados y por esto no hay ninguna razón para que también la mayor parte de la responsabilidad, así como de los esfuerzos, no recaiga justamente sobre las sociedades desarrolladas, teniendo en cuenta que precisamente ellas están en contra de esta contaminación ambiental.

“Nuestros países están dispuestos a seguir el ejemplo constructivo que nos darán en este sentido. Incluso deseamos analizar algunas formas de colaboración a fin de armonizar nuestro proceso de industrialización, en lo posible, con la protección del medio.”

El canciller peruano reiteró la protesta de su país contra las experiencias nucleares francesas en el Pacífico; ratificó la extensión del litoral marítimo a 200 millas y el derecho de los países costaneros a defender sus riquezas marítimas.

“Por las razones que ya he mencionado es preciso que la no alineación rechace la etiqueta conformista pasiva para convertirse en poderoso factor de la nueva relación de las fuerzas. La alianza de los países en desarrollo, la alianza de los no alineados y en general la alianza de los países pobres del Tercer Mundo, puede desempeñar un papel decisivo en el nuevo equilibrio del mundo.” “De Argel debemos irnos bien decididos a fortalecer la coordinación de nuestros países, plenamente conscientes del nuevo papel que puedan jugar los países pobres del mundo en las relaciones internacionales, porque estamos convencidos de que sin poder económico no hay independencia política.”

Las dos Grandes Potencias y el Tercer Mundo

El “arrasador Coronel Libio” bautizaron los periodistas a Moamar El Kaddafi, quien tuvo una destacada participación en la IV conferencia de Argel. Extractamos parte de su discurso, por los densos conceptos que encierran y por la temperamental manera de asumir las aspiraciones de un pueblo hasta hace muy poco sumido en el más grande atraso.

“Si nuestro espíritu es libre podremos tomar las armas para defendernos contra toda agresión. Pero si nuestra alma es esclava, la mano temblará y caerá el arma. Si no nos esforzamos para liberar nuestras almas, permaneceremos esclavos eternamente.

“Pedimos a cada uno concentrarse al regresar a su país y tratar de dar la mejor apariencia posible a esta reunión. “Y quisiera subrayar un hecho más: después de varios años de existencia del movimiento de no alineación, por desgracia hemos sufrido varios reveses. No debemos engañarnos, no debemos decir que nuestra marcha es sólida y se ve coronada por el éxito; estas son palabras de una determinada prensa. En verdad, la no alineación, en el verdadero sentido de la palabra, ha sido vencida por nuestra propia voluntad y por fuerzas mayores ajenas a nuestra voluntad. Basta advertir que los países que fueron los promotores de la no alineación, por desgracia y por razones de fuerza mayor, han tomado compromisos que nosotros no podemos aceptar ni aprobar; incluso mantienen alianzas con las grandes potencias. Yo no desearía poner a nadie en una situación delicada, pero todos saben a qué me refiero. Debo hacer constar asimismo, por desdicha, que nosotros mismos hemos recurrido a la fuerza para zanjar nuestros conflictos.

‘Y otra advertencia aún, de carácter general: hay nubes que echan sombras sobre los acuerdos, sobre las alianzas, y que no dejan ver quién es amigo y quién es enemigo. Quisiera decir que hay en el mundo dos potencias importantes. Los EE. UU. de Norteamérica y detrás de sí el mundo capitalista, y la URSS con el mundo comunista tras de sí.

Pero, puesto que la URSS representa una fuerza y los EE. UU. la otra, no debemos engañarnos a propósito de su posición, que exige que entre ellas se establezca una competencia y que busca zonas de influjo y dominación, zonas favorables para la constitución de frentes, detrás de los cuales protegerse los unos a los otros. Sus enormes intereses económicos les imponen la necesidad de buscar fuentes de ganancias, asegurar sus medios de comunicación. Esta competencia exige finalmente, el pillaje de los recursos naturales. Sus fuerzas militares exigen su presencia en los mares, los océanos, las regiones estratégicas. Y esto requiere acuerdos, alianzas con quienes las aceptan o con aquel que se deja engañar o que es seducido. Son, estas, verdades que hay que admitir desde el mismo principio.

Nosotros somos, en su mayoría, amigos de la Unión Soviética, y yo me cuento entre sus amigas. Pero la URSS, como gran potencia, sería estúpida si no buscara zonas de influencia para luchar contra los EE. UU., por cuanto las circunstancias así lo imponen. Si uno de vuestros países se convierte un día en gran potencia, vosotros os veréis obligados a actuar de una manera imperialista.”

Los No Alineados no Deben Dejarse Engañar por la Ideología Imperialista

Extracto del Discurso de Fidel Castro

“La teoría de los dos imperialismos, uno dirigido por Estados Unidos y otro supuestamente por la Unión Soviética, alentada por los teóricos del imperialismo, ha encontrado eco -unas veces deliberadamente y otras por ignorancia de la historia y las realidades del mundo de hoy- entre voceros y dirigentes de los países no alineados. A ello contribuyen, desde luego, los que desde supuestas posiciones revolucionarias lamentablemente traicionan la causa del internacionalismo.

“En ciertos documentos políticos y económicos elaborados con motivo de esta conferencia, se ve aflorar, de una forma o de otra, y de diversos modos matizada, esta corriente. A ello se opone y se opondrá, resueltamente, en todas las circunstancias, el Gobierno Revolucionario de Cuba. Y por ello nos vemos obligados a abordar aquí, como cuestión esencial, este delicado tema.

“Algunos, con evidente injusticia e ingratitud histórica, y olvidados de los hechos reales y del profundo e insalvable abismo que media entre el régimen imperialista y el socialismo, pretenden ignorar los gloriosos, heroicos y extraordinarios servicios prestados a la humanidad por el pueblo soviético como si el desplome del colosal sistema de dominio colonial implantado en el mundo hasta la Segunda Guerra Mundial, y las condiciones que hicieron posible la liberación de decenas y decenas de pueblos anteriormente subyugados en forma directa por los países imperialistas, la desaparición del capitalismo en amplias regiones del mundo y el surgimiento de fuerzas que mantienen a raya la insaciable voracidad y el espíritu agresivo del imperialismo, no tuvieran en absoluto que ver con la gloriosa Revolución de Octubre.

¿Cómo se puede calificar de imperialista a la Unión Soviética? ¿Dónde están sus empresas monopolistas? Dónde está su participación en las compañías multinacionales ¿Qué industrias, qué minas, qué yacimientos petrolíferos posee en el mundo subdesarrollado? ¿Qué obrero es explotado en algún país de Asia, Africa o América Latina por el capital soviético?

“La cooperación económica que la Unión Soviética presta a Cuba y a otros muchos países no salió del sudor y el sacrificio de los obreros explotados de otros pueblos, sino del sudor y el esfuerzo de los trabajadores soviéticos.

“Otros lamentan que el primer estado socialista de la historia humana haya llegado s ser una potencia militar y económica. Nosotros, los países subdesarrollados y expoliados, no debemos lamentarlo. Cuba se regocija de ello. Sin la Revolución de Octubre y sin la inmortal hazaña del pueblo soviético, que resistió y venció primero la intervención y el bloqueo imperialistas y derrotó más tarde la agresión del fascismo y lo aplastó al precio de veinte millones de muertos, que ha desarrollado su técnica y su economía a un costo increíble de esfuerzo y heroísmo, sin explotar el trabajo de un solo obrero de ningún país de la tierra, no habrían sido en absoluto posibles el fin del colonialismo ni la correlación de fuerzas mundiales que propició la lucha heroica de tantos pueblos por su liberación.

No puede ni por un segundo olvidarse que las armas con que Cuba aplastó a los mercenarios de playa Girón y se defendió de los EE. UU., las que en manos de los pueblos árabes resisten la agresión imperialista, las que usan los patriotas africanos contra el colonialismo portugués, y las que empuñaron los vietnamitas en su heroica, extraordinaria y victoriosa lucha, llegaron de los países socialistas, esencialmente de la Unión Soviética.

“Las propias resoluciones de les Países no Alineados nos ayudan a comprender por donde pasa hoy la línea divisora de la política internacional. ¿A qué estado han condenado esas resoluciones desde Belgrado a Lusaka por su agresión a Vietnam y a toda Indochina? A los EE. UU. imperialistas. ¿A quién acusamos de haber armado, apoyado y sostener todavía al agresor estado israelí en su rapaz guerra contra los países arabes y en su cruel ocupación de los territorios donde tienen derechos a vivir libremente los palestinos? Al imperialismo de EE. UU. ¿Contra quién protestaron los países no alineados por la invasión y bloqueo de Cuba, por la invasión de Santo Domingo, y por mantener bases en Guantánamo, Panamá o Puerto Rico contra la voluntad de sus pueblos? ¿Quién estuvo detrás del asesinato de Lumumba? Quién apoya a los asesinos de Amílcar Cabral? ¿Quiénes contribuyen a mantener en Zimbabwe un estado blanco racista y ayudan a convertir a Sudáfrica en un reservorio de hombres y mujeres negros en condiciones de semiesclavitud? En todos estos casos aparece como culpable el mismo imperialismo norteamericano, que también respalda al colonialismo portugués frente a los pueblos de Guinea Bissau y Cabo Verde, Angola y Mozambique.

“Cuando nuestras resoluciones enumeran los millones de dólares, libras esterlinas, francos o marcos que todos los años salen de los países en desarrollo, neocolonizados o colonizados, como consecuencia de inversiones expoliadoras y préstamos leoninos, condenan el imperialismo y no a otro sistema social. No es posible cambiar la realidad con expresiones equívocas.

“Todo intento de enfrentar a los países no alineados con el campo socialista es profundamente contrarrevolucionario y beneficia única y exclusivamente a los intereses de los imperialistas. Inventar un falso enemigo solo puede tener propósito: rehuir al enemigo verdadero.

“El éxito y el porvenir de este movimiento estará en no dejarse penetrar, confundir ni engañar por la ideología imperialista. Solo la alianza mas estrecha entre todas las fuerzas progresistas del mundo nos dará la fuerza necesaria para vencer las todavía poderosas fuerzas del imperialismo, el colonialismo, el neocolonialismo y el racismo, y luchar exitosamente por las aspiraciones de justicia y de paz de todos los pueblos del mundo.”

Chile: Contra todas las formas de dependencia

La revista “Política Internacional”, de Belgrado, en vísperas de la conferencia, solicitó a varios dirigentes que expresaran sus ideas sobre el papel y las actividades de la no alineación. El entonces presidente chileno, doctor Salvador Allende, resumió en el título que antecede la esencia de su pensamiento, deciendo:

“Uno de los campos en que se manifiesta más flagrantemente la agresión sobre los países del Tercer Mundo, es en el de la soberanía permanente sobre los recursos naturales, especialmente a través de las amenazas y acciones de las corporaciones transnacionales.”

A la pregunta sobre qué esperaba de la conferencia, señaló que el contacto personal de los jefes y dirigentes sería muy beneficioso y permitiría el conocimiento de la situación chilena.

“Nuestro país lleva a cabo un vasto proceso de transformaciones revolucionarias a fin de echar las bases de una sociedad socialista. Basados en nuestra particular realidad estamos rompiendo los lazos de la dependencia foránea y las clases trabajadoras acceden al ejercicio del poder. Buscamos la integración con los países hermanos de América Latina y con los pueblos del Tercer Mundo, respetando los principios de no intervención, autodeterminación, pluralismo ideológico y solidaridad internacional.”

Lamentablemente, el imperialismo extranjero y el fascismo vernáculo, no solo impidieron la presencia física de Allende en Argel —lo de menos— sino que más tarde liquidaron, al precio de varios miles de muertos, una de las experiencias más fascinantes producida por el genio político del gran pueblo chileno. En la reunión de Argel actuó como delegado del gobierno de la Unidad Popular el canciller Clodomiro Almeyda, quien dijo:

“No ha sido posible elegir un lugar mejor para celebrar esta conferencia que mejor respondiera al movimiento de no alineamiento. Nada mejor que el noble país argelino, cuya heroica y victoriosa lucha por la independencia nacional y el mantenimiento de la independencia económica encarna los objetivos fundamentales de nuestro movimiento.”

“Señor Presidente, quisiera subrayar especialmente que esta conferencia se caracteriza, entre otras cosas, por la presencia de un gran número de países de América Latina. Cuanto más se están desarrollando las luchas en nuestro continente, cuanto más se está despertando la conciencia política de nuestros pueblos, tanto más América Latina se siente vinculada con las otras fuerzas progresivas del mundo, que luchan por un mundo mejor. En eso consiste la manifestación de la madurez y de la conciencia políticas de los países de América Latina.”

“Quisiera recordar el primer conflicto histórico al comienzo de este siglo, el conflicto y la lucha de México contra el imperialismo. Quisiera realzar la importancia y el significado de la Revolución Mexicana en el proceso de liberación del Continente.”

Tras encomiar la Revolución Peruana que “está edificando un Perú nuevo siguió:

“Quiero también recordar la lucha del pueblo panameño en su esfuerzo por lograr la plena soberanía y liberar la zona del canal del imperialismo. Quisiera igualmente recordar la lucha del pueblo de Puerto Rico en defensa de sus derechos como nación, su derecho a la soberanía, a la independencia y la libertad. Quisiera recordar también los esfuerzos realizados durante largo tiempo por un pueblo laborioso, el pueblo de las Islas del Caribe, que han logrado liberarse de toda dominación foránea.”